La imperfección como una forma de libertad para Raquel Soler
Hace cinco años Raquel Soler quería fabricar platos para el restaurante de su marido. Fue entonces cuando descubrió el mundo de la cerámica. Desde ahí acudió a cursos intensivos, seleccionándolos dependiendo de la disciplina en la que la ceramista se interesaba. Esto, junto a la práctica, han hecho que Raquel Soler se convierta en la gran artista que es hoy en día.
Lo que comenzó como una afición acabó siendo un nuevo hogar para ella. La cerámica es su pasión. Poder sentir el barro, seguir sus tiempos y no dejar de sorprenderse con los distintos acabados es algo que considera un regalo de la vida. Además, esta nueva disciplina no tenía relación con sus estudios ni su experiencia laboral, por lo que nunca ha dejado de formarse.
Raquel Soler ha mostrado sus productos al mundo a través de su cuenta de Instagram. Ha sido en esta plataforma también donde ha podido comenzar a vender sus piezas. Asimismo, se ha apoyado en su página web.
Para sus creaciones trata de ser sostenible en todo lo posible. Para ello evita el uso de productos tóxicos en los esmaltes que emplea, permitiendo que sean aptas para el uso alimentario; no emplea plástico en sus envíos, etc. Es una gran amante de la naturaleza y considera que ahora es el momento en el que hay que cuidarla más que nunca.
“Respetar más a nuestra persona y a nuestro planeta es algo que empieza a ser más que necesario”
A Raquel Soler le gustan aquellas piezas que tienen personalidad. Considera que le aportan una belleza especial a la casa y a esos pequeños momentos que son simples, pero al mismo tiempo tienen una gran importancia, como tomarse un té, pintar una acuarela o comer alrededor de una mesa.
Todas sus piezas están hechas por ella misma de forma artesanal, haciéndolas irrepetibles. Marcadas con esas imperfecciones que las convierte en ediciones limitadas y les aportan la esencia de ser piezas únicas. Asimismo, hay otra sección en la que se podrá encontrar objetos especiales que han sido hechos por otros artesanos. Reflejan historias que a Raquel Soler le impresionaros y por ello ha querido compartirlas con su público.
Además, la artista critica la época de consumismo desmesurado en la que vivimos. Todo va demasiado rápido. Raquel Soler cree que todo se debería ralentizar y sería mejor cambiar la forma de consumir. Este cambio significaría que menos es más y la espera hace que la ilusión aumente. En este nuevo modelo de vida donde “las necesidades sean menos y se pase a ser más consciente de lo que nos rodea y de lo que somos”.
Al ser madre de tres hijos, cree que es importante transmitirles estos valores. Ellos son el futuro y a Raquel Soler le agrada la idea de hacerles ver que hay otra forma de hacer las cosas.
Wabi&Sabi
Son dos palabras que crean un mundo completo, aunque por separado tengan un significado. Wabi es un estilo de vida, un camilo espiritual, lo referente a la parte interna, lo subjetivo. Es el ermitaño que vive aislado en plena naturaleza con la riqueza espiritual que eso le aporta. Por el contrario, Sabi se refiere a la parte externa. Es lo objetivo, el paso del tiempo y la sabiduría que trae consigo. El desgaste de las cosas que marca una historia.
Wabi-Sabi es Wabi: simplicidad, contacto con la naturaleza, rusticidad. Wabi-Sabi es Sabi: la impermanencia de la vida, la acción del ciclo del tiempo, las marcas que cuentan historias.
El mundo que ambos conceptos forman es la esencia de la estética japonesa. Es una forma de vida, pero también es una visión estética.