Charlamos con el artista Yar Kirsanov de sus ilustraciones y el universo que se esconde en ellas.
Yar Kirsanov es un artista polifacético, miembro de la Russian Collage, que ha trabajado como diseñador gráfico e ilustrador para marcas comerciales, además de experimentar con el collage. Desde lo analógico a lo digital, Kirsanov se inspira en distintos elementos como la estética gótica, la psicodelia o la cultura urbana y la combinación de texturas y formas, para dar vida a imágenes surrealistas que son verdaderos juegos mentales.
¿Por qué decidiste trabajar como diseñador gráfico?
Bueno, siempre me ha interesado la cultura visual y la creación de imágenes. Empecé a pintar, dibujar, etc, a los 4 años, así que mis padres me llevaron a dar clases donde tuve la oportunidad de crear arte y desarrollar ese talento. Durante mi infancia y adolescencia, ilustré mis libros favoritos y creé carátulas y álbumes para mis bandas favoritas. Cuando me gradué en la universidad como doctorado en Estudios Culturales, decidí que la ciencia no era lo que realmente quería hacer toda mi vida y entré como diseñador gráfico en prácticas en una agencia de publicidad local. Desde entonces, he probado muchos tipos de diseño, desde diseño de marcas e ilustración hasta diseño de interfaz. Pero el arte es algo que me da la fuerza para seguir adelante, explorar mi mundo interior y ser feliz.
¿Cuál es el proceso que hay detrás de cada trabajo que haces?
Es un proceso bastante flexible. A veces he quedado fascinado por alguna melodía o una película: una fuerte emoción aparece y estoy desando visualizar la futura obra de arte. Otras veces, una forma interesante, o una textura, me dan una pista, así que el material puede incorporar la semilla de futuras imágenes. Puede ser una parte del paisaje urbano, o recortes de trabajos anteriores… Hago moodboards para arte comercial, pero en el caso de trabajos personales, puede llegar a ser una práctica meditativa y artística, cuando voluntariamente, superas los límites del material, pruebas algo nuevo, abandonas el perfeccionismo y la perspectiva racional.
En entrevistas anteriores has dicho que te inspiras en la estética gótica del sur de Europa, en el arte urbano y en la psicodelia. ¿Hay algún artista que también te inspire?
Sí, me encanta lo que hacen Ernesto Artilla y Pablo Thecuadro, ¡sus trabajos son alucinantes! Las animaciones de Jozeba Elorza y Ariel Costa son ingeniosas. En cuanto a artistas y diseñadores clásicos, soy muy fanático de David Carson, Ray Johnson y Andy Warhol, son una verdadera inspiración para mí.
¿Cuál es la obra de la que estás más orgulloso?
Me gusta mucho Mask Keeper: tiene retazos de retratos clásicos, aunque es muy diferente; contiene el motivo de las máscaras que tanto me ha atraído desde que era pequeño y tiene definitivamente la textura líquida fragmentada de corporeidad que es típica de mi estilo. Incluso hice dos versiones: una digital y otra pintada: no estoy seguro de cuál me gusta más.
Como artista, ¿cuál es la mejor cualidad que se puede desarrollar?
La constancia y la paciencia, creo. Debes crear de manera regular a pesar de la rutina diaria, los bloqueos creativos y las dudas. La práctica mejora enormemente tus habilidades artísticas. Y no olvides compartir tus trabajos con el mundo.
¿Cómo lidias con el bloqueo creativo?
Sigo trabajando hasta alcanzar el estado de fluidez creativa, el proceso importa. En los casos en que no me gusta el resultado y no estoy seguro de cómo mejorarlo, les doy a mis creaciones un par de días de descanso, así puedo verlos con ojos nuevos más tarde.
¿Podrías recomendarnos un libro?
Me gustan American Gods, de Neil Gaiman y The Jerusalem Quartet, de Edward Whittemore. Son verdaderamente inspiradoras y mágicas para mí. Entre mis autores favoritos están Milorad Pavić, Milan Kundera, William Golding y Ray Bradbury.