Las obras de arte de O Gringo: la historia tras un azulejo
Fado y Flamenco se reflejan en las obras de arte de O Gringo
El suelo que pisamos a veces está pulido y es tan brillante que refleja la sombra de nuestro calzado… las paredes que nos contienen nos cuentan historias que no hemos vivido e incluso que nadie podrá vivir jamás… En esta tierra material, aquello que permanece es lo que se considera histórico y puede encontrarse en muchos tamaños y formas. Desde el mayor de los árboles hasta el más pequeño de los azulejos.
Una mirada forastera
En los países que visita, se le llama “O Gringo” y allí donde su cámara toca, queda archivados pedazos de cultura para ser convertidos en una obra de arte de arcilla y esmalte. Bastien Tomasini no decidió convertirse en un artista de la cerámica y realizar mosaicos a partir de cuadros de azulejo, sino que esa decisión fue tomada en un viaje a Portugal. Un concierto de FADO tan melancólico y estremecedor que hizo que el joven artista quisiese replicar todos y cada uno de los sentimientos que había experimentado en esa actuación.
Desde entonces, las obras de arte de O Gringo han conocido tanto mundo como los pies de su creador han recorrido. Sus interpretaciones de cantantes de FADO llamaron la atención al Museo Nacional del azulejo de Lisboa, en la que tuvieron varias habitaciones para ellas solas. Tras ellas, una colección de ensueño de ambiguas deidades tanto orientales como occidentales se presentaban borrosas ante el público.
Embriagados por tales figuras, pasamos en un momento por África y su espíritu para aterrizar en España y ver a otro tipo de Rosalía a la que estamos habituados. En ella se podrá notar la presencia del país vecino al suyo y del que dice “quiero representar la belleza y fuerza del flamenco en mi obra”.
Cerámica y cultura
Sus obras de arte pueden parecer poco más que versiones idealizadas de las culturas que presencia, ante lo que el mismo autor nos responde con su proceso artístico:
“Mi proceso de creación comienza por una búsqueda histórica, en medio de la que escribo en papel cada título de mis obras […] Viajo a los lugares que me inspiran como ese suntuoso museo en el que se puede viajar a través de los siglos descubriendo cada azulejo y sus características[…] Enseguida, organizo una sesión de fotos en estudio con unas modelos intentando restituir al máximo la emoción que deseo transmitir en mis obras. Y tras eso, solo queda un largo proceso para convertir cada elemento en una obra de arte”
Artista a la vez que historiador y transmisor de una historia que cruza fronteras, O Gringo nos deleita con el pulido arte del mosaico en su máximo esplendor. Así en Lisboa como en la Galería de arte Alaux de Valencia, sus obras se muestran a los ojos del públicos y ellas nos devuelven la mirada.
