Entrevista a Alberto Hernández Reyes: «Cuando descubrí la pintura supe que sería el medio idóneo»

Alberto Hernández Reyes, el pintor paisajista que ofrece una visión más personal de lo que significa la naturaleza

Alberto Hernández Reyes es un pintor paisajista de La Habana. Graduado en Medicina en el Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana pero se dedica a la pintura, retratando paisajes con técnicas de óleo y acrílico sobre lienzo creando obras propias y particulares, características de Alberto. Considera que el arte es la forma que tiene para expresar sus vivencias. Emplea el color amarillo para crear monocromía que ya se ha convertido su sello de identidad, aunque está experimentando con una nueva paleta.

Alberto Hernández Reyes
Alberto Hernández Reyes

Impermanencia fue la primera colección de Alberto Hernández en 2012, un conjunto de obras realizadas en óleo sobre lienzo. En ellas trata de ofrecer una visión más personal sobre la naturaleza a través de la representación difusa de sus elementos. Las formas se mezclan y las identidades se confunden. El nombre del conjunto hace referencia a la carencia de esencia individual de las cosas, todas sometidas a un cambio constante y terminarán extinguiéndose. Iluminaciones es su último trabajo.

Para Alberto Hernández la pintura es similar a estar suspendido en un lugar no definido del espacio. Es desde ahí desde donde contempla las brumas de una tempestad contenida sobre el Paisaje Cubano. Es esto lo que le inspira y el trabajo que le apasiona.

El artista ha formado parte de exposiciones colectivas en distintas partes del mundo, desde Valencia o Alicante hasta Yucatán o Cuba pasando por Alemania y Miami entre otros.  Pero no solo eso, Alberto Hernández también ha tenido exposiciones propias en varias partes del mundo, tanto en La Habana como en Alicante y Güines

ALBERTO HERNANDEZ REYEZ

 


Eres un pintor paisajista. ¿Qué te llamó la atención de este tipo de arte para centrarte en él?
En mi temprana adolescencia experimenté una suerte de Iluminación en el sentido oriental y filosófico de la palabra. Comenzé a percibir los árboles, las nubes y la tierra de una manera completamente nueva. Estaba fascinado por todas las manifestaciones de la Naturaleza.

Cuando descubrí la pintura supe que sería el medio idóneo para expresar todas estas vivencias a través del género del paisaje. Había encontrado un lenguaje interior a través de la materialidad del óleo y el pincel.

Has estudiado medicina, pero te dedicas al arte, ¿cómo tomaste esta decisión? ¿Fue complicado?
Tomé el camino de la Medicina por tradición familiar. A mitad de mis estudios universitarios una intensa pulsión hacia la pintura me hizo comenzar a experimentar en mis pocos ratos libres con el dibujo y la plumilla. Pocos años después de graduado comencé una carrera profesional como pintor, explorando las técnicas del óleo y acrílico sobre lienzo, así como documentándome sobre historia del arte y teoría de la creación plástica. Mi nuevo status como artista se convertiría en un sueño hecho realidad.

¿Qué es lo que más te gusta del mundo del arte?
Soy apasionado de todas las manifestaciones artísticas. Pienso que gracias a ello he podido alimentar mi obra de influencias enriquecedoras que van desde la música hasta la literatura, la danza, el teatro, etc.

Ahora bien, soy un melómano empedernido. La música y sus grandes compositores siempre me acompañan cuando trabajo. La música ejerce un influjo creador sobre mi trabajo, sobre todo aquella que explora las zonas más profundas de la espiritualidad humana.

¿Qué lugar ocupa la naturaleza en tu vida?
La Naturaleza es para mí el principio y el fin de la existencia. Incluso en el interior de una casa percibo los cambios que se generan en ella. Su olor y su estado se deslizan para mi por debajo de las puertas y las ventanas. Vivo en el campo alicantino y me encuentro muy a gusto entre los olivos, los naranjos y los pájaros. El aire de la montaña es un lenguaje que conozco.

¿Qué te inspiró para crearImpermanencia?
Este concepto budista, que habla sobre la transitoriedad de la vida y de todas sus manifestaciones, me inspiró incluso antes de comprenderlo en su íntima esencia. Desde muy temprana edad leía sobre budismo y me llamó la atención una idea tan inteligente. Así que pinté mis cuadros en una serie que intentaba aprehender sus aristas fundamentales a través de la visualidad del paisaje. Una vivencia totalmente estética e intuitiva que sería vista bajo nueva luz después de comenzar a practicar Meditación Vipassana.

Alberto Hernández Reyes

¿Qué le aporta la monocromía a tus obras?
En primer lugar, el color amarillo es para mí la dimensión de la espiritualidad. Así que he tratado de moverme en la gama de los sepias donde está contenido, a la misma vez que le aporta variedad y atractivo. Es también un medio de entretener la mirada en un grado mínimo, de forma que la atención se concentre en los aspectos conceptuales y contemplativos.

Actualmente estoy explorando con otra paleta, pero igualmente con una gama muy austera que me permita seguir explorando en la extrañeza y connotación mística de la Naturaleza.

Alberto Hernández Reyes

 


Después de haber realizado tantas obras sobre paisajes, ¿te gustaría realizar retratos en alguna ocasión?
Es un género que sólo me ha llamado la atención a la hora de disfrutar la obra de los grandes maestros del pasado y de los actuales también. Me gusta cómo logran definir la vida interior de los modelos a partir de pinceladas y colores. Pero hallo en el paisaje un mundo ilimitado de posibilidades para la expresión del alma humana de una manera más compleja y holística, que me sería muy difícil representar a través del retrato.