En un gesto que conecta el pasado con la precisión contemporánea, la casa Breguet presenta desde Nueva York el Type XX Chronographe 2075, una edición que conmemora su 250 aniversario y recupera una de sus piezas más emblemáticas: el cronógrafo civil presentado en 1955 con el número de serie 1780.

Después de rendir homenaje a su historia en París con el Classique Souscription 2025 y en Shanghái con el Tradition 7035, la firma suiza elige esta vez una ciudad con fuerte carga simbólica. En 1930, un avión Breguet 19TR, específicamente el “Point d’Interrogation», se convirtió en el primero en volar de París a Nueva York sin escalas, pilotado por Dieudonné Costes y Maurice Bellonte. Aquel trayecto, que desafiaba las condiciones técnicas de la época, es parte integral de la narrativa que hoy recupera Breguet con esta nueva pieza.
Su avión Breguet 19 especialmente adaptado lucía un gran signo de interrogación blanco a cada lado del fuselaje rojo. A pesar de las dudas propias y ajenas sobre la viabilidad del trayecto, lograron volar sin escalas entre ambas metrópolis.
Como lo afirma Emmanuel Breguet, responsable de patrimonio de la marca: «uno de los grandes pioneros de la aviación, Louis Breguet —descendiente directo de A.-L. Breguet—, se convirtió en un fabricante de aeronaves reconocido. Aunque la familia vendió la marca relojera, permanecieron vínculos entre ambos mundos».


En honor a ese logro y a quienes lo hicieron posible, para esta ocasión la marca presenta el Type XX 2075 en dos versiones, ambas alojadas en una caja de 38,3 mm de diámetro, elaborada en oro Breguet, una aleación exclusiva que combina oro con plata, cobre y paladio, otorgándole reflejos cálidos y distintivos. El diseño respeta fielmente las proporciones del modelo original de mediados de siglo, aunque incorpora avances técnicos actuales.
Una de las versiones presenta una esfera de aluminio anodizado en negro, en alusión directa al uso del duraluminio en la aviación de los años 30 cuando Louis Breguet, tataranieto del fundador de la casa, fue pionero en usar chapas de ese tipo. Y es que ese tratamiento de anodización, utilizado actualmente en la industria aeroespacial, no solo aporta resistencia sino una profundidad cromática que refuerza el carácter técnico del modelo.


La segunda versión está limitada a 250 unidades y tiene la esfera de plata maciza cepillada verticalmente, con una discreta inscripción “Ag925” entre las siete y las ocho. Esta versión ofrece un brillo sobrio y sofisticado que resalta la elegancia atemporal del reloj. Además, cuenta con una escala taquimétrica como guiño funcional a los cronógrafos clásicos.
Ambas versiones comparten una arquitectura mecánica que también dialoga con la tradición. En lugar de un calibre automático, Breguet opta por un movimiento de cuerda manual, pues se trata de una decisión deliberada que responde tanto a razones estéticas como históricas. Los nuevos calibres, 7278 y 7279, incorporan la función flyback, habitual en cronógrafos de aviación, que permite reiniciar el cronómetro con una sola pulsación.
Pero los detalles no se quedan en lo técnico, en la estética también está la historia que desean contar. En el reverso, el fondo de zafiro revela una escena grabada a mano que representa el vuelo transatlántico de 1930, incluyendo el recorrido y los continentes en acabado escarchado.

Más allá de sus especificaciones, el Type XX 2075 es una declaración de principios por parte de Breguet: recuperar una parte menos conocida de su legado como lo es la aviación y reafirmar la conexión entre instrumentación técnica y diseño con valor cultural. Es también una señal clara de que, para las maisons históricas, el lujo no reside solo en los materiales, sino en la coherencia narrativa entre forma, función y memoria.
Desde su fundación en el siglo XVIII, Breguet ha acompañado a navegantes, aviadores y exploradores del tiempo. Hoy, con esta nueva edición, vuelve a poner en valor esa vocación.