El taco, eje de la alimentación popular en México y objeto de numerosas reinterpretaciones a lo largo del tiempo, es el centro de «Días de sol, noches Taqueras», el nuevo libro del chef Enrique Olvera en colaboración con el crítico gastronómico Alonso Ruvalcaba.
Publicado por la editorial Phaidon, el volumen propone una revisión amplia y detallada de este platillo, oscilando entre la tradición callejera y la invención contemporánea.
Este libro que homenajea al taco mexicano es mucho más que un recetario: es una exploración profunda, emocional y técnica del alma del taco en México. La obra llegará a las librerías el 15 de mayo y promete convertirse en una referencia imprescindible para cocineros, comensales y curiosos por igual. Con más de 100 recetas, acompañadas por fotografías de Araceli Paz, el libro celebra tanto la autenticidad callejera del taco como sus posibilidades de reinvención en la alta cocina.
El autor, Olvera, ampliamente reconocido por su trabajo al frente del restaurante Pujol en la Ciudad de México, que además ha sido galardonado con dos estrellas Michelin e incluido de manera recurrente en las listas de los mejores del mundo, se aparta aquí del formato de alta cocina para explorar un territorio más doméstico, aunque no por ello menos exigente: el de los tacos que se comen en casa, en mercados y puestos ambulantes. Por eso, el libro parte de una premisa clara: el taco no es un producto fijo, sino una estructura abierta que da cabida a múltiples formas, ingredientes y contextos sociales.
Un homenaje culinario con identidad mexicana
La estructura del libro responde a la dualidad que da título a la obra: Días de sol remite a los tacos tradicionales que se encuentran en las calles de México, mientras que Noches taqueras apunta a las reinterpretaciones contemporáneas que Olvera ha trabajado desde sus cocinas más experimentales. En los dos capítulos principales —“Clásicos” y “Originales”— el lector encontrará desde tacos de barbacoa al estilo norteño, de pescado al estilo Baja California o de chicharrón al estilo Monterrey, hasta versiones innovadoras como tacos de col de Bruselas o flautas de aguacate, esta última una receta emblemática del menú inaugural del célebre restaurante Pujol.
El libro también incluye un capítulo final dedicado a tortillas y salsas, que ofrece herramientas fundamentales para quienes desean emprender su propio camino taquero en casa. Las recetas están cuidadosamente pensadas para ser accesibles, con marcadores visuales que indican si son aptas para dietas veganas, sin gluten o de preparación rápida.
Acompañado por Alonso Ruvalcaba, un agudo crítico con una trayectoria notable en publicaciones como Los Angeles Times y Bon Appétit, Olvera crea un diálogo entre saber popular y mirada crítica. Juntos, trazan un mapa gustativo de México, atravesado por maíces nativos, técnicas ancestrales y sabores locales.
Ruvalcaba es conocido por su trabajo analítico y su interés de largo aliento en la cultura del taco, por lo que aporta un contrapunto en el discurso que se deja sentir tanto en el tono como en la estructura del libro. A lo largo de las páginas, el lector encuentra breves textos introductorios que contextualizan cada receta, apuntando hacia su origen, transformaciones o singularidades regionales.
Un libro-objeto para saborear y admirar
Diseñado con una encuadernación “flexi” y una portada que evoca los tonos del maíz mexicano, «Días de sol, noches taqueras» es también visualmente atractivo. Las imágenes de Paz capturan el colorido, la textura y el carácter vivo de cada plato, retratando los platillos sin caer en la estilización excesiva.
Más allá de sus 352 páginas repletas de recetas, historias y detalles técnicos, este libro se presenta como un documento cultural. En tiempos de globalización culinaria, en los que el taco ha cruzado fronteras y generado innumerables reinterpretaciones, Olvera y Ruvalcaba quieren englobarlo todo sin dejar de volver a su esencia, por la que se hizo una comida tan reconocida: la de un platillo democrático, versátil y profundamente identitario.
El libro «Días de sol, noches taqueras» no es un libro de cocina en el sentido estricto, sino una aproximación cultural a uno de los alimentos más representativos de México. Si bien está pensado para el uso doméstico, puede leerse también como una crónica gastronómica, una colección de ensayos breves o incluso como un testimonio del lugar que ocupa el taco y sus múltiples variantes dentro del imaginario contemporáneo. La reflexión más allá del taco se convierte en una celebración del México profundo, de su memoria gastronómica y de su porvenir en manos de los nuevos creadores.