La plataforma de streaming Filmin estrenará el 28 de febrero «La cocina», la última obra del cineasta mexicano Alonso Ruizpalacios. Se trata de un retrato visceral de la lucha por la dignidad en medio del capitalismo más implacable. La película fue estrenada en el Festival de Berlín y seleccionada en la Seminci e incluso pasó por los cines en noviembre de 2024.

«La cocina» es una adaptación de la obra de teatro homónima de Arnold Wesker. Su trama se desarrolla en una cocina de restaurante en el corazón de Times Square, Nueva York, donde se condensan las tensiones de una sociedad dividida y atrapada en un mismo espacio físico y emocional. El relato sigue a Pedro, un inmigrante mexicano que es acusado injustamente de robar dinero de la caja del restaurante, y a Julia, una camarera desesperada por reunir fondos para un aborto. La relación entre ambos personajes, marcada por la presión y la precariedad de sus vidas, es la piedra angular sobre la que Ruizpalacios construye una historia de lucha y supervivencia.
El actor Raúl Briones fue el encargado de interpretar a Pedro, mientras que Rooney Mara, nominada al Oscar por Carol, da vida a Julia. Ambos actores transmiten con intensidad la complejidad emocional de sus personajes, atrapados en un entorno donde las relaciones humanas se ven distorsionadas por la presión del trabajo y la incertidumbre.


El director, conocido por su trabajo en «Güeros» y «Museo», utiliza un estilo visual en blanco y negro que refuerza la dureza de la situación que viven los personajes. Él mismo define la película como «todo lo contrario al food porn». Esto se debe a que para él la cocina no es solo un espacio de trabajo, sino un microcosmos de las jerarquías sociales y las fronteras invisibles que separan a las personas en función de su origen, raza y estatus legal. De hecho, Ruizpalacios trabajó como lavaplatos y camarero en una cadena de restaurantes y reconoce que fue en ese contexto donde descubrió la obra de Wesker y comenzó a imaginar su adaptación cinematográfica.

«Me llamó la atención el complejo sistema de castas que sigue existiendo en las cocinas, y que son parte esencial de lo que las mantiene en funcionamiento. Al igual que ocurre con la tripulación en un barco, la jerarquía no es algo que se tome a la ligera detrás de las puertas de los restaurantes», explica el cineasta. Es justo por eso que la película explora la lucha por encontrar un sentido de comunidad y humanidad en medio de lo que él llama «la maquinaria imparable del capitalismo global».
Aunque «La cocina» podría percibirse como una obra sobre inmigración, Ruizpalacios subraya que el enfoque principal está en la lucha por la supervivencia del alma en un sistema que deshumaniza a los trabajadores. «La condición de inmigrante ilegal es solo una circunstancia», afirma el director. «Lo que realmente les cuesta a los personajes es encontrar un sentido de sí mismos, de comunidad y hermandad, en medio del arduo trabajo. El trabajo es el otro tema principal: la lucha por la supervivencia del alma».
Y es que a través de su trama,» La cocina» explora principalmente el concepto de frontera, tanto física como emocional, que sigue separando a las personas en la sociedad moderna. Ruizpalacios explica que es precisamente la frontera “lo que subyace en una sociedad dividida y atrapada en el mismo espacio vital. Es una metáfora perfecta del mundo moderno”.

Así se tocan las fibras más sensibles del espectador, con un enfoque implacable sobre los temas que aborda. Pedro y Julia forman una pareja peculiar marcada por una línea de separación. A través de su historia, frenética pero tierna, seguimos el hilo de la película: desde el misterio del robo del dinero hasta la lucha de los trabajadores ilegales, que se dejan el sudor y las lágrimas en los fogones para defender su trabajo y su dignidad.
«La cocina» no es una película sobre la inmigración, sino una cruda reflexión sobre la deshumanización del trabajo en un sistema capitalista que apenas deja espacio para el respiro humano. La lucha por encontrar un lugar en el mundo, por conservar la dignidad en medio de la lucha diaria, es la verdadera fuerza que impulsa la narración de esta obra.