Schiaparelli presenta su nueva colección para el otoño-invierno de 2021-2022, protagonizada por diseños de Daniel Roseberry, donde la creatividad tiñe a cada una de las piezas, creando un surrealismo alegre que se aleja de la misión de vender. La alta costura y, en este caso, la casa italiana, permiten alejarse de ese propósito y toman la creatividad como su misión principal.
Vender, vender y solo vender. Es la filosofía que impera en la industria de la moda en la actualidad. Sin embargo, las casas de Costura como Schiaparelli continúan apostando por la creatividad como su motor de vida. En el caso de esta nueva colección, nos viene dada esa creatividad con el uso de una paleta de tonos negros, blanco marfil y azul marino que sirven como lienzo para decorarlo como uno desee.
La exuberancia y el riesgo definen a la perfección el estilo de Schiaparelli, en el que se juegan también con siluetas irreverentes, pero sin perder de vista la sencillez. De hecho, esta colección se caracteriza por unir la extravagancia y la elegancia de la marca, permitiendo a quien lleve sus prendas crear combinaciones sin límites.
Los accesorios toman gran protagonismo en esta colección. Las joyas son, a la vez, armaduras y adornos, en las que se juega con esa dedicación a lo inesperado para presentar piezas tan sorprendentes como pendientes y anillos que combinan el dadaísmo con grandes proporciones, o una fila de anillos para cada dedo inspirados en muelas.
Los bolsos también destacan entre los accesorios, con diseños que plasman exactamente esa unión de elegancia y extravagancia que se comentaba. El claro ejemplo es el modelo Elsa, que cuenta con una versión decorada con una boca metálica, y otra versión adornada con los símbolos de la casa, como el diente, la oreja, el candado, etc.). Adornos que sirven tanto para decorar el bolso como la propia piel.
La anatomía siempre ha sido una fuente de inspiración para Schiaparelli, vista por su creadora Elsa Schiaparelli «como un patio de juegos». Creencia que ha continuado Daniel Roseberry. Esta colección no iba a ser menos, de allí que las partes del cuerpo sigan estando muy presentes en sus piezas. En esta ocasión, el busto y el pecho femenino son las más repetidas, aunque no podemos pasar por alto bocas, narices y orejas en oro que siguen con la tradición de transmitir ingenio y sorpresa.
Volviendo a los bustos y al pecho femenino, nos encontramos con diseños dorados flexibles y suaves, confeccionados en piel o en lana color crema hecho a mano. La inspiración fueron unas gafas de sol de de Man Ray de los años 30. Pero, también hay figuras más robustas que funcionan como armaduras, más como si buscasen la protección.
Al fin y al cabo, Schiaparelli es esto, ingenio, exuberancia y elegancia. Su filosofía aparece intacta en esta nueva colección, siguiendo apostando por lo que siempre ha definido su trabajo. El tributo al cuerpo humano sigue presente gracias a las prendas y los adornos, la libertad de creación está también presente, por lo que lo último que podemos decir de esta colección es que es Schiaparelli en estado puro.