La empresa de productos de belleza nos proporciona el avance de la investigación sobre el artista holandés
El segundo año de patrocinio por parte de La Prairie a la Fondation Beleyer, encargada de restaurar e investigar los cuadros del padre del neoplasticismo, Piet Mondrian, ha pasado y el equipo de Markus Gross ha descubierto varios detalles clave para comprender la metodología y proceder de esta misteriosa figura tan importante del temprano siglo XX.
La Prairie y el arte
Parece una unión extraña al principio, pero La Prairie siempre se ha alineado con grandes artistas, tanto históricos como de la actualidad como forma de propagar un canon estético que va más allá de la belleza personal y como inspiración para sus próximas colecciones. De esta forma, ya han colaborado con pintores como Niki de Saint Phalle y fotógrafos como Carla Chan. En esta ocasión, se trata de una persona algo más lejana en el tiempo y cuyos cuadros son conocidos en el mundo entero por su sencillez, orden y uso del color: Piet Mondrian.
El equipo Beleyer lleva investigando cuatro de los cuadros del holandés durante dos años con el fin de encontrar detalles que revelen información sobre su forma de diseñar sus obras, para lo cual cuenta con el constante apoyo de La Prairie. En su rutina diaria, es normal el uso de maquinaria especializada, lo que incluye microscopios, rayos infrarojos, ultravioleta, rayos-x y determinados usos de luz con los que buscar matices en las capas de color, el trazo y el lienzo como tal. Así, el equipo ha llegado a varias conclusiones: las correcciones que el artista hacía en las líneas de los cuadros para conseguir 90 grados perfectos, el uso mayor de líneas más estrechas y más abundantes en sus versiones anteriores y las capas de amarillo que el pintor utilizaba hasta conseguir el tono que quería entre otros más.
Cuadrados y líneas
Piet Mondrian mostró el estilo del neoplasticismo como una forma de abstracción que le serviría para llegar a la esencia de lo que le rodeaba. Como las referencias a cualquier realidad se presentaban como una oportunidad para mostrar sesgo, Piet decidió alejarse de todo ese mundo de especulaciones y se envolvió en un mundo de formas geométricas que finalmente conformaban la base de cualquier imagen que tengamos en la cabeza. Estas formas estaban, según él, por encima de lo terrenal y más cercano a un orden cósmico al que intentaba llegar de cualquier forma posible.
Lo consiguiese o no, está claro que sus obras no pasaron desapercibidas para el mundo de la pintura ni del diseño, llegando al punto en el que estamos en el que una empresa como La Prairie patrocina esta investigación.