La exhibición Niki De Saint Phalle: Estructuras para la vida, se presenta como una de las retrospectivas más exhaustivas y relevantes del trabajo de la artista. Estará disponible hasta el 6 de septiembre en el MoMA PS1, una de las instituciones más grandes dedicada al arte contemporáneo en Estados Unidos, y presentará más de 200 obras. Un recorrido por todas sus creaciones desde mediados de los 60 hasta su muerte.
Estructuras para la vida
será la primera exposición individual de Sain Phalle en Nueva York. Aunque
nació en Francia, pasó la mayoría de su infancia y adolescencia en esta ciudad
que ahora acoge su obra y fue allí donde entró en contacto con las ideas
feministas que marcarían su trabajo. Hasta ahora, la artista tenía más presencia
en Europa que en Estados Unidos, lo que convierte la exhibición en el MoMA PS1
en una que, como su autora, rompe moldes.

Bajo la organización de Ruba Katrib, experta en la obra de Niki De Saint Phalle, la exhibición selecciona de todo el trabajo de la autora aquellas obras que reflejan las líneas clave de su práctica y de su personalidad. De esta manera, se busca destacar el espíritu feminista de su obra como mujer que trabajó en lo que en aquel momento era un mundo de hombres, su uso simbólico del color, en especial del azul cobalto y su continua relevancia e influencia en el momento actual.

Niki de Saint Phalle, una pionera
Desde el comienzo de su carrera artística, Niki de Saint Phalle se posicionó como una pionera que desafió las convenciones tanto artísticas como sociales a través de una perspectiva única. Captó la atención del público a principios de los 60 con Tris, cuadros creados disparando bolas de pintura con una pistola, y sus famosas Nanas, esculturas femeninas monumentales que pretendían desafiar el patriarcado y explorar la sexualidad femenina.
En una época en la que todo lo que se esperaba de una mujer joven era que se casara y se asentara, Sain Phalle estaba determinada a encontrar su propio camino. Si por algo destaca como artista, además de por romper moldes, es por utilizar su arte como una plataforma para atraer la atención sobre varios problemas sociales.
“Niki de Saint Phalle creó un trabajo artístico que rechazaba explícitamente los valores patriarcales y el convencionalismo artístico. Sus esculturas enfrentan la visión occidental de la feminidad y el decoro: son temerarias, fervorosas y exaltan la sexualidad.”
Ruba Katrib, coordinadora de la exposición. Tuit
Su faceta más conocida es la relacionada con la igualdad de género por ser una de las pocas mujeres en el panorama artístico de mediados de los 60, pero su mayor legado e impacto se relaciona con su deseo de hacer el arte accesible para las masas. Rechazaba la concepción que había en ese momento del ámbito artístico como un negocio exclusivo para las élites en el que las obras de calidad se encontraban únicamente en los museos y las galerías, alejados del público general.
Ella quiso que su arte llegara todo el mundo, desde niños hasta adultos de todas las edades y contextos. Convirtió así sus obras en una declaración política que mantuvo durante toda su prolífica carrera en la que no dejó de desafiar el status quo no solo como mujer, sino como artista.
La Prairie, una relación especial
Para financiar sus obras sin recurrir a las galerías de arte o al sistema de patrocinio, Niki de Saint Phalle producía perfumes, joyas y ediciones comerciales. Entre ellas la colección de cremas Skin Caviar de La Prairie, la marca que financia la exhibición y para la que el trabajo de Saint Phalle tiene una significación especial. A raíz de la influencia de la artista comenzaron a utilizar en sus productos el azul cobalto, que se ha convertido en parte de su imagen de marca.
“Esta colaboración con MoMA PS1 es una oportunidad muy significativa para compartir la filosofía de Niki con el mundo y asociar su espíritu: pionero, perseverante, fuerte y feminista con el de La Prairie. Estamos particularmente orgullosos de poder apoyar la vida, obra y legado cultural de una artista que supuso un encuentro fundamental para nuestra marca”
Greg Prodromides, Jefe de la Oficina de Marketing de La Prairie. Tuit

Aunque el uso de colores primarios no era habitual entre los artistas de ese momento, ella los combinaba para atraer a la gente, cautivar y provocar. Esta misma intención la llevó a utilizar el azul cobalto, su favorito y al que describía como el color de la felicidad y la suerte, para el diseño de los frascos de la marca de perfumes. Planteó los envases de la fragancia como el arte convertido en una experiencia, no solo como un producto o un objeto que admirar desde la distancia.
Quería involucrar a la gente en su arte y lo hizo a través de todos los medios: escultura, pintura, arquitectura, perfumes… Siempre manteniendo su estilo personal, desafiando las normas establecidas y rompiendo moldes.
“Yo quería el mundo y el mundo pertenecía a los hombres. Pronto entendí el mensaje de que los hombres tenían el poder y yo lo quería. Sí, le robaría su fuego. Su rol de hombres parece darles una gran libertad, y yo estaba decidida a que la libertad fuese mía.”
Saint Phalle en una carta que envió al director del Museo de arte moderno de Estocolmo en 1991. Tuit