Paco León estrena ‘Sin instrucciones’: “Una historia de amor entre un padre y su hija”

Paco León
Paco León y Maia Zaitegi © Mauri/Asistente: Mauro Outeda/Make up: Bosco Montesinos/Asistente Make up: Berta Fort/Estilismo: Borja Vila

Marina Seresesky, conocida por películas como ‘Lo nunca visto’(2019) o ‘La puerta abierta’ (2016), regresa a las salas con una comedia protagonizada por Paco León y Silvia Alonso.

Basada en la exitosa cinta mexicana, ‘No se aceptan devoluciones’ (2013), la historia sigue a Leo, un joven sin demasiada vocación paternal cuyas preocupaciones no van más allá de preparar mojitos en el chiringuito de playa donde trabaja. Su tranquilidad se verá truncada por la llegada de Julia (Silvia Alonso), un antiguo ligue que deja sin preaviso a un bebé de pocos meses en sus manos. Aunque Leo viajará a Bilbao para tratar de encontrarla, con la única información de que es hija de ambos, ocho años después se sigue ocupando de Alba (Maia Zaitegi) con todo el afecto y cariño posible. Recuperada la paz, Julia reaparecerá en sus vidas buscando recuperar la custodia.

El rodaje, dividido entre San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria) y lugares tan emblemáticos de Bilbao como el Guggenheim, no estuvo exento de retos, como las alturas de vértigo. “Estábamos todos atadísimos en la parte de muy arriba, por los tejados”, recuerda su directora. A lo que se sumaron las tormentas de arena: “Entre los bebés y el viento (el rodaje) estuvo ahí-ahí”, añade Paco León.

Después de películas como ‘Mamá o Papá (2020)’, ¿te sientes cómodo en con argumentos relacionados con la crianza?

Paco León: Tiene algo que ver con lo que mencionas por los niños, pero está solo basada en papá y papá.

El enfoque no es del todo convencional,  es el padre el único que está presente. 

P.L: La película tiene un interés previo, que es una adaptación de una película súper exitosa de EEUU, que cuenta la historia de un padre que no tiene vocación y casi por accidente le dejan a un bebé, que es su hija, y la tiene que cuidar.

Es verdad que incluso hoy en día, puede parecer insólito que se ocupe él solo. La circunstancia de que la madre abandone a la hija, te hace pensar que en principio puedes juzgar a la madre y que se hace. Desde nuestra cultura, se juzga y creo que está muy bien defendido por Julia a nivel emocional y bueno, al final el bebé se lo está dejando a su padre, tampoco es un desconocido.

Sí es un poco desconocido.

P.L: Puede, pero realmente la película cuenta la historia de amor entre un padre y su hija. 

Hay escenas muy cómicas. En una, Leo le dice a una trabajadora que no le deja acceder al embarque del aeropuerto: “Con tu profesionalidad me amargas la vida”.

P.L: Es algo que todos podemos comprender.  De verdad, hay veces que por la profesionalidad de alguien te joden la vida. Como cuando se pone la gente implacable con la ley, con la normativa. Lo entendemos, pero detrás de todo hay personas.

¿Has llegado a quedarte fuera alguna vez?

P.L: No, el otro día medio me colé.  Unos compañeros que venían y que tenían que facturar y como ya habían cerrado…

Paco León
Fotograma de la película @Unai Mateo

Otras escenas están rodadas en lo alto, ¿hubo vértigo?

P.L: Yo claro, todo lo que así da adrenalina, que a la gente le gusta… Yo no. Lo que pasa es que como el personaje también tiene vértigo, pues se aprovecha. En el puente colgante de Portugalete, que había alerta roja por viento, aquello se movía. Me hicieron subir solo. Era muy muy alto, se movía muchísimo, yo pensaba que se iba a caer.

Leo hasta tiene que subirse a unos andamios para salvar a la niña ¿cómo hubieses salido de ahí?

P.L: Con la niña en brazos ya es más fácil. Se rodó así también a unos metros, no tantos, pero aún así también daba vértigo. Lo que me imaginaba mucho es el bebé ahí en un andamio.

El viento tampoco jugó a vuestro favor en el rodaje.

P.L: Sí, entre los bebés y el viento estuvo ahí-ahí. Lo de los bebés también fue divertido, eran dos gemelos, para que no se cansen, dos niñas muy bonicas pero claro, bebés. Lloraban y de todo, ellas no tienen ninguna vocación del cine, ellas iban a lo suyo.

Y más adelante, ese bebé que es Alba, pasa a estar interpretado por Maia Zaitegi.

P.L: Con Maia la verdad que fue muy fácil porque nos caímos muy bien desde el principio y ha sido fácil recrear ese vínculo. Me he partido de risa, es muy natural, nada vieja ¿sabes? Que hay muchas niñas actrices que son como muy resabidillas. Ella no, es súper lista, brillante, rápida.  

El estreno coincide con el 25 de diciembre, ¿cómo llevas estas fechas?

P.L: Bien, las navidades para mí son como una yincana en la que tienes que ir pasando pruebas. Hay que cumplir con la familia, con todos, también tener un rato para ti.

Sin instrucciones
Marina Seresesky y Maia Zaitegi © Mauri/Asistente: Mauro Outeda/Make up: Bosco Montesinos/Asistente Make up: Berta Fort/Estilismo: Borja Vila

Estrenar una película siempre es un logro, incluso un milagro, explica su directora, y más aún si sucede un día tan especial como el 25 de diciembre: “Es un regalito ir con mi hijo al cine. Me parece un lujo, es un día que voy al cine como tradición.

¿Es solo una película para niños?

Marina Seresesky: No, para todos, para ver en familia. Se tocan temas que son duros pero muy buena para la familia, para después hablar de lo que es ser padre y lo que es ser hijo. Tiene la comedia, pero tiene la parte más emocional que también está. Está divertido vivir una película que tenga de todo.

¿Ha influido el tener un hijo para decidirte a hacer la adaptación?

M.S: Me pareció un guion súper sólido. Además, yo tenía desde hace mucho tiempo ganas de trabajar con Paco y él era el protagonista en esta ocasión, la posibilidad de trabajar con él muy intensamente.

Te gustaba su trabajo anterior.

M.S: Primero, me he reído siempre con él muchísimo como espectadora. Tiene una comedia que pocos, una naturalidad y es un encanto. Y después, porque esta película también tiene una parte de emoción y yo quería trabajar eso con él y él también conmigo. Nos juntamos y trabajamos muy a gusto. Más que como director-actor, fue como compañeros. Yo me aproveché también que él es guionista, es director, tiene muchas facetas.

¿Facilita el trabajo como directora?

M.S: Sí, como todo el mundo que quiera aportar en favor de la película y no personalmente. Lo que Paco ha hecho con esta película es que no solo estaba comprometido con su personaje, que es complicado, tiene muchas aristas, sino que estaba muy comprometido con la película. Con el cómo había que contarla, no solo vela por cómo él sale en pantalla.

Alguna complicación ha habido, como el rodaje en la playa de Las Burras, en San Bartolomé de Tirajana.

M.S: Hemos tenido una tormenta de arena, mucho viento, mucha lluvia en Bilbao… En los rodajes siempre pasan cosas. Nunca estuve en ninguno que dijese: “Ay, mira que bien”.  Nos tocó aquí lo climatológico.

¿Por qué estas dos ciudades?

M.S: Yo soy argentina, pero llevo aquí 26 años. He trabajado bastante en Canarias y Bilbao es una ciudad que me encanta, después de haber estado viviendo 3 meses, me gusta muchísimo. Después de la película he vuelto un par de veces porque me da una morriña parecida a la que tengo con Buenos Aires. 

Además de la lluvia, ¿algún otro imprevisto durante el rodaje?

M.S: Rodamos por todo Bilbao, en lugares muy emblemáticos como el Guggengeim.  Eso fue trepar a Paco León. Estábamos todos atadísimos en la parte de muy arriba, los tejados. Es una zona sin protección, por eso estaba todo el equipo atado. Hacíamos unos nudos entre nosotros y cada uno tenía que pasar por abajo.

Algo imprevisto es la no-comedia de algunos momentos.

M.S: Claro, porque se plantea como una comedia ligera y luego hay una parte que se podría definir un poco como ‘Kramer contra Kramer’. Es una matrioska de película, como dice Paco, una película debajo de la otra. Sorprende todo el tiempo y fue un reto para mí como directora, que cada nuevo tono que aparece no se nos vaya y sigamos queriendo a los personajes de la misma manera.