Monia Ben Hamouda. La destrucción de los ídolos de la Kaaba es la segunda sección del ciclo expositivo Reivindicar la resiliencia comisariado por Pakui Hardware para la Sala A de La Casa Encendida.
Monia Ben Hamouda (Milán, 1991) es una artista italiana nacida en el seno de una comunidad musulmana e hija de un calígrafo islámico. Para la instalación de La Casa Encendida ha creado una nueva serie de esculturas con madera quemada y pigmentos derivados de la cúrcuma, el chile, la canela o el comino. Con ellas narra su híbrido legado cultural y cómo los artistas islámicos tuvieron que hacer frente a la prohibición de lo figurativo, sustituyendo representaciones humanas y de animales por formas geométricas y una magistral caligrafía.
Frente a la insistencia del sistema en conceptuar la resiliencia como una cualidad individual, este ciclo anual trata de devolver la idea de resiliencia al plano colectivo, para lograr hacer así frente a los diversos shocks y cambiar las condiciones injustas.La artista italiana Monia Ben Hamouda, que vive a caballo entre Milán y la ciudad tunecina de Kairuán, ha creado para la instalación de La Casa Encendida una nueva serie de esculturas. Este trabajo, que conforma la segunda sección del proyecto artístico Reivindicar la resiliencia, remite a un momento concreto de la historia islámica: la prohibición de la figuración que dio origen al aniconismo.
Se trata del momento en que las formas geométricas y la magistral caligrafía sustituyeron a las representaciones figurativas de seres vivos o de la presencia divina. El episodio más conocido fue la destrucción de los ídolos de la Kaaba, donde el profeta Mahoma marchó sobre La Meca al frente de un ejército y derribó y demolió los ídolos paganos de la Kaaba.
La escena de la destrucción puede verse en diversas ilustraciones que se crearon y divulgaron por Oriente Medio y el norte de África en torno al año 970 de la Hégira (1550 d.C.). En una de ellas se ve a un demonio escapando de una escultura hecha pedazos. Monia Ben Hamouda reúne, en una sola e impactante escena, los cuerpos fragmentados de las esculturas destruidas, los demonios y el punto de encuentro entre los símbolos abstractos y la figuración. Los restos de los antiguos ‘ídolos’ figurativos están esculpidos en madera quemada y en cerámica, mientras que las superficies de acero de las figuras diabólicas, cortadas con láser y colgadas del techo, están revestidas con pigmentos derivados de especias naturales.
La figuración y la ornamentación abstracta luchan entre sí en las figuras de acero, que recuerdan virtuosas pinceladas; una mano, una pata y una cabeza surgen de la danza de líneas y vuelven a ser engullidas.
La destrucción de los ídolos de la Kaaba indaga en la (im)posibilidad de la representación en los artistas islámicos que, a lo largo de la historia, plantaron cara a la prohibición de la figuración, así como en el legado cultural híbrido de la propia Monia Ben Hamouda.
Nacida en el seno de una comunidad musulmana e hija de un calígrafo islámico, la artista transita por su legado generacional y lo interpela mediante lo que describe como un proceso chamánico.
Al revestir las superficies de sus esculturas y el espacio que las rodea con especias aromáticas como la cúrcuma, el chile, la canela o el comino, o al quemar las piezas de madera, Ben Hamouda evoca tradiciones rituales y medicinales de su legado cultural al tiempo que subraya el poder casi posesivo de los antepasados. Las fragancias, la luz, la madera chamuscada y las esculturas caligráficas crean un portal que da acceso al espectador a un ámbito donde la historia cultural se encuentra con el turbulento presente.
La oleada de actos violentos contra monumentos públicos que se ha producido recientemente en todo el mundo desmantela, aunque solo sea de manera simbólica, la larga historia de la opresión. Las esculturas de madera fragmentada de la instalación de Ben Hamouda son una prueba tangible del impulso de destrucción del ser humano; solo que ahora es la historia escrita por los hombres, la ‘his-story’, la que está llamada a ser destruida.
Reivindicar la resiliencia
Desde el pasado mes de enero, la Sala A de La Casa Encendida se vuelve a convertir en el espacio donde, durante 12 meses, un comisario/a o colectivo comisarial presenta un ciclo expositivo anual dividido en varios capítulos, escenas o episodios siempre en diálogo con el presente. En esta edición, se ha seleccionado como curadores a Pakui Hardware, el dúo de artístico y comisarial compuesto por Ugnius Gelguda & Neringa Cerniauskaite, futuros representantes del pabellón de Lituania en la próxima Bienal de Venecia.
El proyecto anual que han desarrollado para La Casa Encendida es Reivindicar la resiliencia, un ciclo expositivo dividido en cuatro ‘secciones’ donde, a través de cuatro exposiciones individuales de jóvenes artistas (Dominique White, Monia Ben Hamouda, Naomi Rincón Gallardo y Bianca Bondi) los comisarios aspiran a recuperar y profundizar en la resiliencia como forma de curación, resistencia y aguante. A través de las obras de las cuatro artistas, el ciclo explora temas como los cuerpos, las comunidades, las culturas y la material resiliente. El objetivo último es buscar cómo alimentar la resiliencia como esfuerzo empoderador y comunitario, no como un empeño personalizado de supervivencia que hoy se carga sobre los hombros de los individuos.
Ciclo expositivo anual de la Sala A
La Casa Encendida invita cada año a un comisario/a o colectivo comisarial a realizar un ciclo expositivo anual muy ligado al presente. La Sala A se convierte así en un lugar dinámico, un nuevo espacio de experimentación para artistas y comisarios con colaboraciones curatoriales anuales que se desarrollan en torno a una idea o tema a largo plazo.
Monia Ben Hamoud (1991, Milán) vive y trabaja entre la ciudad tunecina de Kairuán y Milán. Se licenció en Bellas Artes por la Academia de Brera, en Milán. Ha sido profesora visitante en la Hochschule für Bildende Künste de Dresde y en el máster de comisariado del Istituto Marangoni de Florencia, además de formar parte del jurado del Filmmaker Festival de Milán.
Su obra ha sido presentada en espacios como ChertLüdde (Berlín), Ashes/Ashes (Nueva York), Museo Salvatore Ferragamo (Florencia), Et.Al (San Francisco), Ada (Roma), Galerie Valeria Cetraro (París) entre otros. Entre muchos de sus reconocimientos obtenidos están: beca de la Pollock-Krasner Foundation (ganadora), TSI Art Award x Artissima (ganadora) o DUCATO Contemporary Art Prize (ganadora del premio especial).