“Un piano preparado”, un proyecto para conmemorar los 20 años de La Casa Encendida

El proyecto analiza el archivo de La Casa Encendida, su historia y sus modos de hacer, recurriendo metafóricamente a la técnica experimental del músico John Cage. El centro cultural narra sus dos décadas de funcionamiento a través de exposiciones y actividades en su programación

La casa encendida

Con motivo de su 20 aniversario, La Casa Encendida analiza cómo suena su historia, su propio archivo institucional y sus modos de hacer en relación con el barrio madrileño de Lavapiés-Embajadores. Para ello, ha confiado el proyecto a Isabella Lenzi y Lluís Alexandre Casanovas Blanco, ambos arquitectos y con origen fuera de Madrid, buscando una mirada libre de prejuicios creados en base a su propia historia personal. 

La elección de esta obra se debe a la noche del 13 de diciembre de 2006, cuando el público abarrotaba el patio de La Casa Encendida para escucharla. En su audición se utilizó una técnica interpretativa divulgada por el músico John Cage, la cual interfiere con objetos para alterar los sonidos del instrumento y revelar su funcionamiento. 

En este caso, con la obra “un piano preparado” se busca comprender, a través de prácticas artísticas relacionadas con el centro y su contexto, cuál es el impacto a largo plazo en las comunidades en las que se insertan estos centros culturales, atendiendo cuestiones sobre cómo las instituciones culturales actuales producen conocimiento y transmiten el saber, cuáles son sus políticas pedagógicas o sus mecanismos de inclusión y exclusión, entre otras. La obra estará protagonizada por personas procedentes del Caribe que residen en el barrio madrileño donde se encuentra la casa cultural. 

Para ello, La Casa Encendida se presenta como un instrumento, “un piano preparado” que interviene en su programación y en los espacios con una exposición móvil dividida en tres etapas; intervenciones de artistas, entre los que destacan los nombres de Cecilia Barriga, Patricia Esquivias o Estefanía Santiago, infiltraciones de proyectos y colectivos que se encuentran en torno al barrio, como Poesía o Barbarie, y la comunidad de La Casa Encendida. 

La casa encendida
La casa encendida Paco Graco

El proyecto arranca el 16 de marzo con la presentación de la primera parte del Archivo de La Casa Encendida, con Claudia Claremi y la instalación audiovisual La memoria de las frutas (diáspora), un proyecto sobre las frutas olvidadas y el tejido de afectos que las rodean. Además, una exhibición recorre su historia a través de fotografías y documentos, poniéndolos en relación con materiales de iniciativas culturales desarrolladas en paralelo en el barrio de Lavapiés-Embajadores. Asimismo, una serie de artistas intervienen en el espacio con propuestas que entremezclan su contexto artístico y social con La Casa Encendida. 

Este mismo día se encienden los 35 luminosos que componen Los rótulos (Lavapiés-Embajadores, 1930-2022). Patrimonio Común de la Gráfica Comercial, una exposición de Paco Graco compuesta por rótulos pertenecientes a comercios desaparecidos del barrio, ubicada en el vestíbulo y en la fachada de La Casa Encendida.

En el mes de abril están programados talleres artísticos, como el de la directora y guionista hispano-chilena Cecilia Barriga, en el que un grupo de vecinos heterogéneos del barrio madrileño leerán conjuntamente la Constitución Española, debatiendo las distintas formas de vivir en España a partir de la discusión de las problemáticas y oportunidades del barrio. Asimismo, la artista Patricia Esquivias propone una acción artística sobre el acto de tejer en Hilando largo, un taller para aprender la técnica del bordado de punto moruno. 

El 18 de abril tiene lugar la primera sesión de Mejunje, prácticas para construir un lenguaje común, de Estefanía Santiago. La actividad propone un laboratorio en torno a las diferentes comidas y recetas de algunas de las comunidades migrantes que habitan en el barrio. 

La casa encendida
La casa encendida

Durante el resto del año le suceden más actividades y sesiones, como clubes de lectura o sesiones de cine que no dejarán indiferentes y suscitarán al debate. En definitiva, un piano preparado no solo se concibe como una plataforma de reflexión crítica complementaria a las celebraciones del vigésimo aniversario de La Casa Encendida, sino como una posibilidad donde imaginar futuros alternativos para esta y otras instituciones culturales.