Entrevista al ilustrador Jorge Arévalo

La publicidad, la moda, el cine, la música o el deporte. Todo se une gracias a ese largo y moderno hilo rojo que es la ilustración. Desde el cartel de la mítica película Blade Runner hasta el triángulo atravesado por el arcoíris que da forma a la portada del álbum Dark side of the moon de Pink Floyd. Jorge Arévalo es un ilustrador y diseñador madrileño que aúna fuerza y elegancia en sus retratos sobre personajes y celebridades conocidas a nivel mundial. Ha ilustrado para revistas nacionales e internacionales como Vanity Fair, Vogue o Telva, entre otras, y ha publicado varios libros donde esos célebres personajes cobran una nueva vida en sus páginas llenas de color, vivos retratos y líneas curvas y elásticas. El elegante universo de Jorge Arévalo ha trascendido hasta el punto de convertirse en un referente de la ilustración española y trabajar con diseñadores como Custo Dalmau

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Fotografía de Jorge Arévalo

¿De dónde nace tu interés por el dibujo? ¿Qué crees que lo provocó?

He dibujado desde pequeño como todo niño y ese dibujo puede trascender o no. En mi casa había cierta tradición familiar en las artes y en el dibujo concretamente. Desde muy pequeño el dibujo me daba la posibilidad de plasmar cosas que de otra manera no podía hacerlo. Esa necesidad de interpretar la realidad me la ofrecía el dibujo. Esa parte más figurativa del arte, al principio, fue la parte más recurrente, que después se ha ido reconstruyendo, puliendo y complementando con toda la cultura del diseño. Creo que soy diseñador antes que ilustrador.

Trabajas también como director de arte. ¿Qué relación encuentras entre la ilustración y el arte?

Empecé así. En la segunda mitad de los 90 fue súper fértil en España y después, con la época de los presupuestos locos. Ahora tengo una agencia y sigo haciendo muchos trabajos de identidad y branding que van de manera independiente a la ilustración. A veces la gente lo une y no me gusta, intento separarlo bastante. 

El arte es una cosa y la ilustración es otra. Yo jamás diré que soy artista. La ilustración es un trabajo que se hace bajo un encargo y se acota a una demanda. Todo lo que se sale eso, los dibujos que hago y publico en Instagram puede considerarse arte, no lo sé. Sin embargo, cuando un director de arte te pide una serie de cosas acotadas con un lenguaje y una serie de colores en concreto, eso es ilustración. El arte es mucho más abstracto y relativo. Una frase de Cruz Novillo dice: “cuando eres artista disparas una flecha y donde cae, ahí pones la diana y cuando eres ilustrador, tú tienes una diana que te pone alguien y eres tú quien dispara la flecha”. El arte es una palabra que analizamos mucho y a algo tenemos que llamar arte.

El arte es una cosa y la ilustración otra, jamás diré que soy artista. El arte es una palabra que analizamos mucho porque a algo tenemos que llamarle arte

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Ilustración de Pedro Almodóvar, por Jorge Arévalo

¿Quiénes son tus referentes? ¿De qué se ve influenciado tu estilo? Sobre todo, comparándolo con el arte.

Mis referentes son los clásicos. Toda la ilustración de los años 60 me encanta, a pesar de que está algo idealizada, pero tiene una estética impecable. En mis dibujos hay referencia a la pintura clásica, a efectos de composición: Velázquez, Goya, los impresionistas y expresionistas y todo aquello que viene a principios del siglo XX. Me doy cuenta en mis alumnos de que tienen una carencia brutal en conocer todo aquello que ha pasado hace más de diez años y eso es un problema. Mi fuente de inspiración viene de muy atrás, aunque claro que también tengo inspiraciones modernas. Mi trabajo tiene una visión muy cinematográfica en los encuadres, formatos grandes, muy horizontal, la ausencia de información, los vacíos… son cosas que vienen del cine y sobre todo del cine clásico.

¿Cómo es tu proceso de creación? ¿Qué pasos sigues?

Yo trabajo directamente en ordenador, salvo alguna excepción en la que hago bocetos, sobre todo con trabajo de anatomía. Luego después lo monto y demás. Cuando es un encargo es muy cerrado y es sencillo porque los clientes conocen tu estilo. Cuando es un poco más libre y personal siempre me dejo llevar por influencias del momento. Yo trabajo mucho con personajes, ya sean ciudades, personajes concretos o atmósferas. Hay personajes que no me sugieren nada y nunca los tocaría y en cambio, hay otros que me parecen mucho más sugerentes y por los que siento unas filias a las que nos agarramos los ilustradores para dibujar con más libertad y amor por lo estamos haciendo.

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Ilustración del pintor David Hockney, por Jorge Arévalo

¿Qué poder le atribuyes a la ilustración?

Hay un parte cognitiva y plástica que hace que los colores y la representación interpretada de la realidad guste. Por ejemplo, la fotografía al ser mucho más explícita puede aburrir. De hecho, a muy pocos grandes fotógrafos reconoce el público general, a pesar de ser increíbles fotógrafos. Con los ilustradores no es así. La ilustración prescribe. Los medios de comunicación o revistas eligen un ilustrador y de esta forma muestran su estilo, su ideología, etc. No hay revista que no tenga menos de un 20-25% de trabajo ilustrado.

Cuando ilustras para revistar o prensa, ¿sientes que estás limitando tu creatividad de alguna manera?

Es verdad que se asumen ciertos códigos ideológicos, pero entiendo que le director de arte elige con criterio a quien encarga una cosa u otra. Por tanto, es más labor suya que del propio ilustrador. Mi estilo está unificado más metido en un criterio universal y se adapta a todo, pero hay matices y formar de abordar la ilustración en función de si trabajo para la prensa diaria con personajes más terrenales y políticos, que mi trabajo para revistas como ‘Vanity’, con un lenguaje más relajado, abierto y atractivo, pero es función del director de arte elegir un ilustrador que encaje en su idea.

¿Algún trabajo que hayas realizado ha sido censurado o modificado?

Algunas veces se aportan cosas o detalles estéticos, aunque muy pocos. Alguna vez se sugiere algún matiz. Encargos que vienen de Estados Unidos están muy preocupados por esa corrección política o esa delicadeza de que nada chirríe, de que sea inclusivo y se incluyan muchos somatotipos. Alguna vez sí te dicen de modificar esos somatotipos para añadir diversidad e inclusividad a la publicación. Los tiempos cambian y el trabajo también debe cambiar en este sentido.

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Ilustración de Brad Pitt, por Jorge Arévalo

Tus dibujos parten de trazos minimalistas, con un buen empleo del color, con líneas curvas y elásticas. ¿Qué elemento crees que es el que aporta ese enorme significado a las obras?

Un poco de todo. Esa elasticidad está muy presente y da a la obra elegancia y sensualidad, haciendo que todo fluya y parezca ese humo sinuoso que va subiendo. El color es clave también. De hecho, trabajo sobre un color, nunca sobre un folio en blanco. Respecto al minimalismo, mi trabajo se puede reconocer gracias a rostros que con cuatro elementos hacen que se reconozca. Sin embargo, incluyo vestidos y elementos barrocos que dotan de maximalismo al dibujo y crean esa paradoja de elementos muy sencillos y elegantes con otros impactantes y que dan riqueza a mi trabajo y son la esencia de mi obra. Instagram, por ejemplo, hace llegar a más gente mis publicaciones con un color concreto, es curioso.

¿Tiene cabida la ilustración en un museo de arte tradicional?

La ilustración interesa a mucha gente, es tremendamente atractiva y se tiene que ver, pero se debe separar del arte tradicional. No debe convivir con otro tipo de arte. hay que enseñar al público que son cosas distintas. Debe haber museos o exposiciones de ilustración. Por ejemplo, en Estados Unidos esto está mucho más idolatrado.