Ubicado en un entorno natural privado a escasos minutos de Cáceres, Hospes Palacio de Arenales & Spa es el destino idóneo para una escapada en la que combinar desconexión, naturaleza, gastronomía y cultura. El hotel se encuentra rodeado de olivos centenarios y coronado de nidos de cigüeñas, con unas vistas inigualables a la ciudad, reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986.
El hotel-boutique, construido sobre la antigua residencia de verano del linaje de Los Golfines, hoy propiedad de la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, mantiene su esencia tras su reforma y nueva decoración, ejecutada por el estudio de Arquitectura Requena y Plaza.
El Palacio de Arenales sigue representando la singular arquitectura tradicional, que el complejo adquirió en su construcción en el siglo XVII. Ahora, aportando una línea de simplicidad en los diseños elementales con materiales, texturas y tonos naturales. Tanto los espacios comunes como las 46 habitaciones, consiguen transmitir al huésped un equilibrio de sensaciones que aumentan el confort, la calidez y el relax.
Masajes especializados y circuito hidrotermal
En su interior, Hospes Palacio de Arenales & Spa, ofrece toda una colección de experiencias personalizadas, repletas de relax y bienestar con las que reconectar cuerpo y mente.
En cada uno de sus tratamientos y masajes especializados se ponen en práctica técnicas ancestrales, acompañadas de la línea de alta cosmética natural, Cinq Móndes. Además, se encuentra disponible, un completo circuito hidrotermal con jacuzzi, sauna y hamman.
Su idílico entorno se complementa con una gran piscina exterior, a estrenar próximamente tras su renovación, desde la que disfrutar de la flora autóctona.
Gastronomía, cultura y naturaleza
El hotel ofrece un viaje a través de todos los sentidos. Gracias al producto de mercado y de cosecha propia, el palacio ensalza los sabores de la tierra extremeña, en el restaurante Las Corchuelas. Allí es posible degustar, tanto en el interior como en su amplia terraza, recetas tradicionales, como los embutidos elaborados con pimentón de la Vera o otros platos típicos con toque de autor, como el arroz cremoso con trufas y torta del Casar, gazpacho, migas extremeñas, bacalao en salazón y rosquillas de alfajores.
Para complementar el disfrute gastronómico, los huéspedes encontrarán en el propio alojamiento, un amplio abanico de actividades. Desde rutas de senderismo o en bicicleta, hasta paseos a caballo, vuelos en parapente o en globo, barranquismo, piragüismo, pesca deportiva o golf.
Para aquellos que prefieran combinar cultura y naturaleza, la ciudad de Cáceres ofrece diversas opciones, como la visita al Museo Vostell o al Museo Helga de Alvear. Además, Cáceres cuenta con el impresionante entorno natural de Los Barruecos.