DAVID GILL

Por Ana Dominguez-Siemens

Tiene su galería en el corazón de Mayfair en Londres. Desde allí establece su propio criterio sobre la creación, la que se pasea al borde del diseño y el arte, bebiendo de ambas fuentes y sin renunciar a ninguna de ellas. David Gill es un ejemplo de galerista entregado, apasionado por el trabajo de quien allí se muestra,  personalidades muy diversas: artistas, diseñadores o arquitectos que piensan para él sus colecciones más arriesgadas y desprovistas de prejuicios. Entre sus clientes se encuentra desde Elton John a Madonna, pasando por Mick Jagger o Charles Saatchi, todos en busca de piezas únicas o de ediciones limitadas provistas de una función pero con la categoría necesaria para convivir con las grandes colecciones de arte contemporáneo.

David Gill
The Apple Tree de Barnaby Barford

Siendo de Zaragoza cómo es que acabas en Londres dedicado al diseño?

De Zaragoza recuerdo mis sueños como estudiante, preparando mis pasos para el futuro. Desde siempre estuve interesado en el cine, la moda, el diseño e incluso el ballet y la música clásica. Salí de allí muy joven para estudiar en Londres, en Saint John’s School. Por entonces, en los años 80, Paris se convirtió en una ciudad muy excitante, visitando sus mercadillos descubrí el Art Deco, que empezaba a ser valorado, y también el trabajo de creadores como Alberto Giacometti o Eileen Gray. Allí sucedían los desfiles mágicos de la “haute couture”, y es el momento en que Christian Lacroix abre su nuevo salón de costura diseñado por Garouste y Bonetti con un lenguaje visual totalmente nuevo que se llamó “los nuevos bárbaros”. Se abrían clubs nocturnos como Le Palace y Le Privilege, la moda y el glamour estaban allí, era un gran momento para la creatividad. Así empezó todo.

Pero en Londres estuviste trabajando en Christie’s, la sala de subastas.

Sí, estuve allí un tiempo, fue extraordinario, Londres era en aquel momento el centro del coleccionismo de arte, venían coleccionistas del mundo entero a comprar en las subastas. Allí aprendí muchísimo, teniendo a mi alrededor el mejor arte y los mejores coleccionistas posibles. ¡Yo era un chico curioso y estaba deseando aprender!

¿Y cómo decides abrir una galería?
Londres, como París, era una ciudad creativa y vital y eso me dio la energía para abrir mi primera galería en Fulham Road, que llené con todos los grandes maestros de la arquitectura y el diseño francés del Art-Deco, con nombres como Pierre Chareau, Jacques-Émile Ruhlmann, Jean Michel Frank y otros. Un jarrón de Alberto Giacometti se convirtió en el símbolo de mi galería, estaba incluso impreso en las tarjetas de visita y también imprimía unos pequeños catálogos con dibujos del gran ilustrador Pierre le Tan. La galería se convirtió en un lugar de encuentro donde podías ver a todas las “celebrities” del momento.

PULSA AQUÍ para acceder a la entrevista completa