Dis Berlin expondrá su obra en la Sala Parés del 14 de septiembre al 21 de octubre
Tras algo más de una década, Dis Berlin vuelve a presentar su obra en Barcelona y lo hace por primera vez en Sala Parés, la decana de las galerías de arte en España. Bajo el título de Laberinto de soledades, la exposición muestra 41 pinturas y una instalación escultórica, todas creadas en los últimos años, y estará abierta del 14 de septiembre al 21 de octubre, en los espacios 1 y 3 de la galería.
Siguiendo la línea conceptual de las últimas exposiciones de Dis Berlin en Madrid, la muestra gira en torno a la idea de la búsqueda de nuevos misterios que toman formas diversas configurando verdaderos enigmas pictóricos construidos por y para la contemplación. Todos ellos se agrupan bajo la tensión entre contrarios como ausencia, presencia o música, silencio.
Esta lucha la genera y potencia mediante la combinación de elementos discordantes y, como apunta el estudioso Raúl Eguizábal sobre la obra reciente de Dis Berlin, es: “Una pugna entre lo sagrado y lo profano, entre lo celestial y lo telúrico, entre lo espiritual y lo sensual. Los objetos aparecen con una plenitud casi voluptuosa, el humo de los volcanes, las nubes e incluso las flores adquieren carnosidad y se enfrentan a luces que parecen esconder una revelación o una promesa”.
Dis Berlin explica que: “La exposición que presento en Barcelona es continuación de las realizadas estos últimos años bajo el título de Canciones y silencios. Ahora con el título de Laberinto de soledades sigo explorando, a la búsqueda de nuevos misterios, en regiones donde la poesía, la música y el silencio siguen siendo los principales protagonistas. Con pasos lentos, destilados capa a capa, han nacido estos cuadros, destinados no para la mirada, sino para la contemplación”.
En toda la producción del artista se pueden encontrar varias características: el uso de las imágenes, su manipulación casi lúdica y sus combinaciones infinitas, a veces impensables para el espectador, como principal herramienta para configurar misterios y conexiones estéticas y conceptuales.
Dicha fórmula aplicada al collage y al fotomontaje conecta su producción con planteamientos dadaístas como los de Francis Picabia repletos de mensajes ocultos, los de Raoul Haussmann y sus hombres máquina, los de Hannah Höch rebosantes de ironía, o los misteriosos resultados de Man Ray. En su obra pictórica, sobre todo, la reciente, el collage se aplica no como técnica, sino como concepto y eje vertebrador de las composiciones, capaz de configurar nuevos mundos, combinaciones imposibles, realidades metafísicas o el efecto de ensueño.
La acumulación casi infinita, física o no, de multilenguajes, referentes pictóricos, musicales, cinéfilos, literarios, conceptuales u objetuales, y su combinación, se conciben como la base para vertebrar los enigmas, concebir el misterio y el deleite estético. Son algo así como piezas variopintas de un puzzle siempre sorprendente.
De hecho, este es el gran objetivo de Dis Berlin, ya que, como él mismo afirma: “A la vida cotidiana le falta misterio” y la pintura se erige como una actividad caprichosa frente a la cotidianidad, capaz de ser una expresión de lo desconocido, es decir, de otra realidad, además de una evocación de otra vida.
El artista se convierte en un contador de historias, pero de historias abiertas: cada observador se enfrenta a los artefactos visuales de Dis Berlin de un modo distinto. Jamás existe un único modo de descifrar los misterios de este pintor.
En el Laberinto de soledades los bodegones ocupan un lugar significativo. Si por algo destacan las ‘naturalezas muertas’ de Dis Berlin es precisamente por estar descarada y extremadamente vivas, más fieles a la denominación inglesa de este género pictórico (Still life). Todos los objetos palpitan con emoción y energía; son mágicos, animados y vibran, recortados con nitidez sobre fondos de colores de ensueño, como en una película del primer Walt Disney.
El proceso creativo de Dis Berlin es lento y minucioso. Cuando aborda una nueva obra, primero la construye con la cabeza, tras un ejercicio mental y reflexivo complejo, que tiene mucho de contemplación, con el fin de interiorizar los siguientes pasos que acabarán por definir la composición definitiva. Después se concentra en un procedimiento por fases, muy pausado, consistente en realizar diversas capas de pintura entre lapsos de tiempo muy pensados para dejar reposar el óleo y analizar cómo los colores se aposentan y van evolucionando.
Esto le permite, al artista, estudiar las posibles transformaciones cromáticas que pueden alterar el resultado final. Este proceso, propio de un alquimista del color, es esencial para que el misterio concebido adquiera la fórmula final y el efecto deseados. Su conexión con Matisse y el fauvismo o las teorías del color desarrolladas tanto por los Nabis como por las primeras vanguardias es clave para comprender dicho interés y dominio.
Otro de los atractivos de la exposición Laberinto de soledades es la posibilidad de admirar el trabajo escultórico de Dis Berlin, nunca expuesto en Barcelona. A modo de instalación, aunque es más bien una escenografía en la que perderse, el artista combina diversas estructuras modulares abstracto, geométricas sobre un damero y pódiums de colores. Se trata de algo así como un ajedrez mágico que devuelve a los espectadores a Wonderland y al ajedrez viviente de Lewis Carroll.
El conjunto genera una atmósfera metafísica para la introspección, un cielo hipotético e imaginario donde la forma, el color y la composición son los verdaderos protagonistas. Tanto sus pinturas como la instalación escultórica advierten de algo fundamental: Dis Berlin nada a contracorriente y ha estado y está fuera de cualquier moda pasajera y eso, en gran parte, es lo que hace de su obra una propuesta única.
Sala Parés ha editado un catálogo diseñado por Dis Berlin con todas las obras de la muestra referenciadas, y cuenta con un texto de presentación de Sergio Fuentes Milà, Dr. en Historia del Arte. Sobre Dis Berlin.
Dis Berlin (Mariano Carrera Blázquez, Ciria, Soria, 1959), desde su primera exposición en 1982 con 22 años, se dedica exclusivamente a la pintura. Autodidacta, su formación se ha nutrido de la admiración por los grandes maestros desde la pintura pompeyana a los clásicos del siglo XX: Klee, Matisse, De Chirico, Picabia, Meret Oppenheim, Polke, etc.
Igualmente, importante en la formación de su mundo han sido la literatura, el cine y la música, compañeros inseparables de su vida cotidiana. Aunque más conocido por su registro figurativo, ha vuelto cíclicamente a la abstracción tanto en la pintura como en la escultura. Siendo su archivo de imágenes el pilar básico de su imaginario, una de las ramificaciones de su trabajo más fructíferas, pero menos conocidas, son el fotomontaje y el collage. Parte de este trabajo viajó por las sedes del Instituto Cervantes en diferentes países.
El catálogo Eva fue presentado por Pedro Almodóvar, con quien ha colaborado en algunas de sus películas como Kika, ¡Átame! o Dolor y Gloria, entre otras.
Entre sus exposiciones cabe destacar: El viajero inmóvil, Museo de Teruel, donde se revisó su época azul (1984- 86); su retrospectiva El reino de las metamorfosis, producida por el IVAM de Valencia y que se mostró también en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid; la exposición a cargo de Juan Manuel Bonet para la sede de Bancaja en Valencia El museo imaginario de Dis Berlin, Caleidoscopio, que mostraron el Museo de la Universidad de Alicante, el Centro de Arte Museo de Almería, el Museo de Teruel y la Fundación Unicaja de Málaga; Homo Sapiens, en el CEART de Fuenlabrada, 2016.
Su obra se encuentra en diferentes colecciones públicas como el IVAM de Valencia, el Museo Marugame Hirai de Arte Español en Japón, la Fundación Bancaja de Valencia o el Museo Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, entre otros.
Sobre Sala Parés