“Si hace 5 años, cuando estaba perdido y lleno de miedos, me hubiesen dicho que el 29 de diciembre de 2022 se iban a juntar más de 12.000 personas a cantar mis canciones, pensaría que me estaban vacilando.” Este fue el mensaje publicado por Dani Fernández en Instagram tras el concierto, que supuso un íntimo viaje de la mano del público, al que agradeció en múltiples ocasiones su apoyo, en el que la energía y la magia iluminaron el mítico escenario en el corazón de Madrid. Ese día el telón daba entrada a Dani Fernández entre el rugido de las guitarras y los gritos del público. Con su reciente canción Dile a los demás iniciaba un show que el joven cantante del año jamás olvidará, mientras una pantalla con su nombre en mayúsculas esclarecía todo el recinto en una noche irrepetible, donde su viva voz y su guitarra llenaron el alma de 12.000 personas. Para terminar, Madrid tenía que pedirle que bailara, y él lo hizo a lo grande, entre sus fans, con su ya mítico “Y pídeme que bailemos…”
Mejor Artista en Los 40 Music Awards y figura del año en los Ondas. 2022 fue su año, en el que lanzó su disco Entre las dudas y el azar y que cerró con un mágico concierto en el Wizink Center de Madrid, la ciudad que le vio empezar en la industria a los 18 años. Dani Fernández ya es uno de los artistas claves del panorama nacional, y hablamos con él a raíz de su histórica noche.
Directos a la acción.¿Cómo fue la noche del 29 de diciembre en el Wizink Center de Madrid?
Bua, increíble. Voy a intentar recordar momentos… (risas). Por momentos hay cosas que se me borran de la mente, por lo especial que fue esa noche. Para empezar, quiero agradecer la suerte que tengo de tener un público tan increíble, que muchos de ellos venían de otras ciudades y para ellos que era una noche muy especial, de celebrar un final de año, en el que he recorrido muchísimas ciudades y festivales. Allí se unieron muchas emociones y la música las potenció todavía más. En Navidad una de las mejores cosas que se puede hacer es ir a un concierto, con tu familia o amigos, y disfrutar de la música. Lo que se desprendía en el aire era pura emoción y no sólo en nosotros, sino también en el público, que nos acompañó y sentimos algo mutuo muy especial, porque somos una familia ya. Me esfuerzo mucho en que toda la gente que trabaja a mi alrededor se sienta querido y valorado en torno a este proyecto y ese día fue la explosión de todo esto. Cada uno se esforzaba por un trabajo y salió todo tan bien.
Ese día tocaste el cielo. ¿Qué tienes pensado para llegar todavía más alto?
Sinceramente no me preocupa el hecho de seguir subiendo. Muchas veces, incluso dentro de la compañía o compañeros de profesión, siempre me dicen que lo estoy petando y yo tampoco soy consciente de eso. Yo me dedico a la música porque me gusta y me aporta cosas muy bonitas en mi vida. El Wizink fue una noche buena y muy bonita pero no lo veo como mucha gente dice, como mi coronación o que he dado un golpe en la mesa. Lo veo de otra forma: como el premio al trabajo de tantos años, que llevo muchos años en la música, y justo por eso me esfuerzo mucho más en tener conciertos o esta gira, en la que voy a Burgos, a Almendralejo, o a Vitoria, que nunca he tocado allí, y ver las salas llenas. Lo del Wizink fue el premio a todo lo que hemos ido viviendo ese año. Lo que me hace feliz es salir a tocar, me da igual si es un sitio más grande o pequeño, aunque ojalá otro Wizink, pero no me obsesiona eso. Sí se que otros compañeros se empeñan en ser cada vez más grandes, pero yo con vivir de la música estoy contento y eso es por todo lo que me ha enseñado la vida.
Que se te pueda caer todo hace única la vida"