Entrevista a Marc Gili, voz, compositor y letrista de Dorian

El último disco de Dorian, 'Ritual', es una mezcla de géneros e idiomas que ahonda en los problemas más actuales de la sociedad

Desde la más autentica independencia, Dorian ha traspasado fronteras siendo una de las bandas de rock alternativo españolas que más ha girado alrededor del mundo en conciertos y festivales. Su último disco,Ritual, les ha permitido el reencuentro con el público en una normalidad postpandémica y rematan la temporada con dos últimos conciertos en Madrid y Barcelona los días 25 y 26 de noviembre. Un buen viaje por la trayectoria de Dorian que contará con invitados especiales. La banda ha colaborado con artistas como Ana Mena, Lido Pimienta o Pimp Flaco

Hemos podido hablar con Marc Gili, voz, compositor y letrista de la banda y nos ha contado de primera mano los entresijos del disco y su proyección.

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¿Cómo fueron los conciertos que disteis en el País Vasco hace poco? ¿Habéis recuperado ya fuerzas para los próximos conciertos en el WiZink Center y el Sant Jordi Club?

M: El público de Euskadi es un público muy exigente que se toma en serio la cultura y la música. Con nosotros tiene… bueno, tenemos una especie de idilio. Fueron dos noches preciosas, una en Donostia y otra en Vitoria y estamos contentos de saber que salieron muy bien ante públicos exigentes y siendo los dos primeros conciertos largos que pudimos hacer en España. Fue muy especial.

Anteriormente estuvisteis en Latinoamérica, sois una de las bandas españolas mas internacionales, ¿Cómo funciona vuestra música en otros países?

M: Grupos como Love Of Lesbian o Vetusta Morla también están trabajando por allí, pero tampoco son tantos los que hayan salido de la escena independiente. Nosotros donde más queridos somos es en Perú y México, aunque recibimos también mucho cariñito de Argentina y Colombia últimamente, así que es muy bonito poder pensar que tu música llega tan lejos. Los medios de allí también han conectado siempre mucho con Dorian. Seguimos trabajando duro y haciendo ese caminito que se hace al andar como decía Machado. El tema del idioma puede ser una barrera, pero la lengua española sobrepasa los 500 millones de hablantes y se puede girar por muchas partes del mundo desde Chicago o París hasta Buenos Aires o Lima.

Este verano habéis participado en numerosos festivales ¿Cuáles son las principales diferencias entre estos y los conciertos propios?

M: Dorian crea gran complicidad con el público ya sea en un concierto en sala o en un gran recinto festivalero en el que uno no toca siempre para su público, si no que hay una gran parte del público que se  acerca por curiosidad a tu escenario y te descubre. En cuanto al sentimiento colectivo que el grupo genera en directo no hay tanta diferencia. Pero el timing, el tiempo que tienes para expresarte, si que cambia. En un festival es alrededor de una hora y en un concierto en sala o recinto propio se alarga cerca de las dos horas. Puedes crear un espectáculo con más dinámicas, matices rítmicos y líricos. Un festival es como un chispazo, un fuego que se enciende muy rápido y después viene otro. Yo reivindico mucho que se mime y se apoye la música en sala porque es donde se aprecia de verdad el desarrollo del directo y el artista, la esencia más auténtica.

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Ritual es una mezcla de géneros e idiomas, podría decirse que es un revuelto social con los temas más candentes de la opinión pública. En todo este espectro, ¿Cómo se definiría Dorian en este momento?

M: Dorian siempre ha tenido la mirada puesta en una realidad social. Nuestro segundo álbum, El futuro no es de nadie, ya predecía la crisis de la vivienda que hubo a principio de los dos mil, y desde entonces hemos ido lanzando una mirada crítica a la sociedad actual. No nihilista, no destructiva, pero si critica. En Ritual es donde más hemos manifestado esta necesidad de explicar y narrar lo que está pasando en la calle. Habla de cosas que nos preocupan, como la gentrificación, la evasión de capitales de la que hablamos en Tornado o la obsesión por las redes sociales. Pero también de aquello que nos alegra, por ejemplo, el feminismo como verdadero motor de cambio del siglo XXI y el empoderamiento que está viviendo la comunidad LGTBIQ+ de la que hablamos en Dual. Este álbum constituye una foto del paisaje que ha quedado después del COVID, y es un reflejo de nuestras inquietudes como personas.

El disco recoge temas que son bastante controvertidos y que incitan a un pensamiento crítico, aspectos que quedan al margen de nuestro control individual, sin embargo lo que entendemos por Ritual, normalmente, es algo sistémico, metódico ¿A que se debe este título?

M: Nos parece que es una palabra que tiene muchísima fuerza. Casi todos los momentos más importantes en la vida de una persona están marcados por un rito. Un cumpleaños es un ritual, la gente se casa a través de un ritual,  la llegada del año nuevo también la celebramos con un ritual. En el ritual es donde nos encontramos como comunidad. Es algo que nos consagra a varios amigos, familiares, o a la sociedad en general en torno a una actividad en la que nos quejamos o celebramos algo. Nos parecía que englobaba muy bien ciertos temas de los que hablaba este álbum. Y para los músicos el ritual más importante que existe es la presentación en directo de su música junto al público en los conciertos.

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Tratar los temas que trata este álbum no es lo más normal en vuestro género, es mas característico de la canción protesta o el rap, sin embargo, vosotros lo trabajáis de una forma desenfadada.  El 25 de noviembre es el día internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres y Techos de Cristal habla precisamente de esto ¿Por qué decidisteis hablar sobre este problema?

M: Es algo que esta alrededor de todos y cada uno de nosotros. Solo hay que fijarse en lo que ocurre en el edificio de al lado, en el nuestro propio o entre nuestra familia y amigos. Todos hemos tenido casos cercanos de violencia de género. Era momento de hablar de esto. Techos de Cristal interpela a una persona que ha tenido una relación de maltrato para que se imponga y se empodere. Pero no se queda ahí, la canción reivindica el feminismo como verdadero motor de cambio, que puede favorecer una comunicación no violenta ya que se ve atravesado por ese axioma. Cuantas más mujeres ejerzan el poder y no como hombre, sino como mujeres, más se nos enseñara a los hombres a ejercer el poder sin violencia, sin testosterona, sin imponer. Dos ejemplos de esto en el mundo son la presidenta de Finlandia y la de Nueva Zelanda, hacen política desde otra óptica. De todo esto habla Techos de cristal y se ve reflejado en su estribillo. Es una canción que nos ha dado muchas alegrías en directo.

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¿Es una oda a la lucha feminista?

M: Es una oda a la lucha feminista no excluyente, es decir, queremos un feminismo que entienda que los hombres también queremos formar parte. Hay cierto feminismo excluyente que no nos gusta, como no nos gusta ningún extremo. Creemos que el feminismo es muy importante entenderlo, estudiarlo y conocerlo para prever hacia donde nos dirigimos como sociedad. Entre todos lograremos el cambio, aunque estos, como dice otra de nuestras canciones, Lento, se tomen su tiempo.

¿Qué diferencia este álbum del resto?

M: Sin lugar a dudas, lo diferencia el crossover de estilos que confluyen en el y que se suman a la receta habitual de Dorian. Es una mezcla entre pop electrónico, indie y new wave al que se añaden ritmos afrocaribeños, el bit típico del norte de Argentina, la chacarera sobre la que está construida la canción Libre, hay un rap en Mundo perdido, la primera canción del álbum y un cambio de producción de voces que se ha actualizado mucho, pero manteniendo siempre la esencia del grupo. Nos ha gustado mucho explorar, experimentar e incorporar este crossover a nuestro sonido. Nuestra intención es seguir esta línea porque creemos que en el siglo XXI la música popular será  atreverse a mezclar estilos, ritmos, latitudes y longitudes musicales para meterlas todas en una batidora y jugar, así saldrán cosas nuevas, diferentes y frescas.

Los últimos conciertos de la gira en Madrid y Barcelona están a la vuelta de la esquina, ¿Cómo resumiríais la etapa de Ritual?

M: Todavía queda mucho que enseñar de Ritual fuera de España, es un disco que va a seguir dando guerra. Pero nos ha dado una conexión muy fuerte con nuevos públicos y la oportunidad de contar con colaboradores que vienen de otras escenas musicales distintas a la nuestra y nos han enseñado a trabajar la música desde otros puntos de vista. Tenemos a Pimp Flaco que viene del mundo del trap, o Ana Mena de la escena pop, que canta como los ángeles y tiene una capacidad infinita de hacer melodías y crear. También trabajamos con Lido Pimienta, la gran renovadora de la cumbia colombiana en la canción Libre y varios temas están producidos por Alizzz productor de C.Tangana y Rosalía. El disco nos ha traído muchas alegrías artísticas y nos ha abierto la mente en cuanto a procedimientos, formas de trabajar, de frasear, de escribir versos o cantar. Lo que me llevo de esta etapa es haber crecido como profesional a través de los colaboradores con los que hemos contado.