Adolf Loos, viajero habitual de los trenes de lujo que unían las capitales europeas, trabajó en Viena, Londres, Praga, Paris, Berlin…….. culto, y políglota, sus escritos sobre arte publicados en los periódicos tenían tantos seguidores como detractores. En el años 1908 dos de sus obras tendrán una enorme repercusión, su conferencia titulada «Ornamento y delito» y su maravilloso Kärntner Bar en Viena.
En todos sus proyectos defendía las construcciones simples, atemporales, superficies lisas de materiales suntuosos de gran calidad. Villa Karma cerca de Montreaux construida entre 1903 y 1906 es un claro ejemplo de esto, caoba, mármol negro de Bélgica, mosaico de cristal .. El palacete nunca construido en los Campos Elíseos para Josephine Baker (1927) o Villa Müller (1928-1930) en Praga demuestran como hacer una magnífica arquitectura sin hacer una concesión a la ornamentación, la ausencia de esta según sus palabras, es una demostración de fortaleza espiritual.
texto escrito por Sonia Bahamonde www.bahamondeestudio.com