La exposición de la Fundación “la Caixa”, Objetos de deseo. Surrealismo y diseño, 1924-2020, que está hasta el 21 de marzo de 2021, expone un total de 279 obras de arte y objetos de grandes artistas como Salvador Dalí, René Magritte, Joan Miró, Marcel Duchamp y arquitectos como Le Corbusier, Antoni Gaudí o Achille Castiglioni a lo largo de los últimos 100 años.
Desde pinturas, esculturas, dibujos, objetos, fotografías, carteles, libros, películas históricas, hasta mobiliario, todo ello combinando el subconsciente, el erotismo, los sueños y lo irracional, han conseguido formar una exposición con piezas de colecciones, fundaciones y museos de todo el mundo.
La exhibición, que ha sido organizada por la Fundación “la Caixa” en colaboración con el Vitra Design Museum, expone las conexiones y el paralelismo entre el diseño y el surrealismo, y cómo este último se ha basado en los objetos de la vida cotidiana haciéndolos fantasiosos, irónicos, terroríficos o emocionales, huyendo así de su funcionalismo.
Esta corriente que comenzó en los años treinta con la publicación del “Manifiesto del surrealismo” de André Breton y que tras la Segunda Guerra Mundial se hizo más notoria, sigue estando muy vigente en el diseño actual. El movimiento tuvo desde sus inicios un gran peso intelectual y político que contó con artistas de diferentes orígenes y disciplinas (cine, bellas artes, literatura, etc.)
La exposición está dividida en cuatro ámbitos temáticos:
Sueños de modernidad.
Esta primera parte muestra los primeros años del movimiento, desde su creación en 1924 hasta los años 50; años en los que André Breton y sus compañeros incorporaron en sus temáticas las emociones humanas, las formas orgánicas y el mundo irracional. Aunque comenzó en la pintura, se extendió a todos los ámbitos artísticos, como la moda, el cine o el diseño de interiores. Los máximos exponentes de esta época son Marcel Duchamp con sus ready-mades; Salvador Dalí, creando objetos absurdos a partir de materiales encontrados y que también aparecerán en sus óleos; Antoni Gaudí, con sus formas orgánicas en mobiliario y arquitectura; o el famoso arquitecto Le Corbusier, con sus líneas rectas y puras en sus diseños, y a la vez, creando una atmósfera de collage surrealista, con muebles exuberantes y brillantes.
Con el avance del nazismo, muchos de los artistas se vieron obligados a emigrar a Estados Unidos huyendo de la guerra y la represión, lo cual hizo que este estilo se extendiera por el continente americano, inspirando a diseñadores como Ray Eames o Frederick Kiesler.
Imagen y arquetipo.
En esta segunda parte de la exposición, se estudia cómo los surrealistas analizaban los arquetipos de los objetos cotidianos y su intención de instaurar en ellos lo absurdo, la confusión y el azar. Los diseños raros eran característicos de esta etapa, de proporciones absurdas y formas fantasiosas e inimaginables, intentado descontextualizar y alienar lo aparentemente ordinario, dándole un carácter subversivo.
Surrealismo y erotismo.
Los artistas de este movimiento aportaron una alta carga erótica a sus composiciones; el amor, el erotismo, la sensualidad tuvieron un papel fundamental en las obras de arte, diseño de interiores y mobiliario.
Durante esta tercera parte, se dedica un apartado a las mujeres que, a diferencia de sus compañeros, tomaban lo que era considerado como propio de lo femenino (boca, pechos, zapatos de tacón, etc.) y hacían una crítica a la opresión que sufren las mujeres y los estereotipos a los que están sometidas. Ejemplos de todo esto son artistas como Claude Cahun, Dora Maar o Lee Miller.
En contraposición a ese erotismo, otra de las fuentes que interesó a los surrealistas fue aquello que emitía violencia o muerte, aquello que podía alterar al espectador o incomodarle.
El pensamiento salvaje.
La última parte, que da por finalizada la exposición, muestra a ese surrealismo interesado por lo arcaico, lo irracional, lo fortuito; objetos etnográficos de Oceanía, de arte africano y de nativos americanos.
La combinación del arte no occidental y del surrealismo fue una de las grandes inspiraciones para los artistas de esta corriente y en la actualidad lo sigue siendo. Ahora, además, gracias a las nuevas tecnologías, como la impresión 3D, ese factor de azar se puede implementar de una forma mucho más eficaz a través de algoritmos.