Después de su reconocido debut, el director británico Harry Macqueen aterriza en España con Supernova, protagonizada por Colin Firth y Stanley Tucci.
Casi siendo un treintañero, el actor y aspirante a director, Harry Macqueen, protagonizaba un estilo de vida de lo más cottagecore en el cobertizo del jardín de un amigo. Entre jerséis de punto, paredes de piedra seca y botas de montaña, consiguió apañárselas con 10.000 libras para poner en marcha su primer largometraje, Hinterland (2014).
Siete años después de aquel prometedor debut aterriza su nueva película a lomos de una Supernova (2019), como explica, con “mucha más gente, mucho más dinero y mucho apoyo.” Aun así, ambas “son road movies, toman a los personajes y los ponen en un entorno de acción. Los paisajes son realmente importantes. Con una narrativa sencilla, pero con personajes complejos.
Las distintas capas de los personajes hicieron que tanto Colin Firth como Stanley Tucci se enamorasen de la pareja protagonista, al principio interpretada a la inversa: el talentoso novelista Tusker (Tucci) y su compañero de vida, el músico Sam (Firth), se acompañan por el arduo camino de deterioro que supone la demencia para su historia. Un microcosmos de emociones que necesitan ser observadas a través de un telescopio. La presencia de Tusker y Sam en el espacio rural da forma al paisaje para convertirlo en hogar. Cercas, puentes, picnics … paradas en medio del inmenso bosque caducifolio para estacionar su acogedora caravana y observar las estrellas.
El director en ningún momento opta por un lenguaje cerrado para situarnos en este plano intimista y doméstico, sino que amplía nuestros horizontes sensoriales con los paisajes del Distrito de los Lagos, donde todo el reparto y el equipo vivieron en un escondido parque de vacaciones durante las seis semanas de rodaje.
¿Cómo fue sumergirse en este lugar remoto?
Todos vivíamos exactamente en el mismo lugar. El distrito de los lagos está en el noroeste de Inglaterra, es muy remoto, estábamos como en medio de la nada. Irónicamente, habría sido un rodaje perfecto con COVID, pero nos las arreglamos para rodar antes de que estallara la pandemia, en la Navidad de 2019. Toda la parte de postproducción fue con COVID, la película se canceló un par de veces y su estreno se retrasó en muchos países. Pero estoy muy agradecido de que haya salido adelante, de que millones de personas puedan ver una película de forma colectiva.
¿Qué ha cambiado de tu primer a tu segundo largometraje, además del presupuesto?
Hacer esta película ha sido muy diferente de la anterior en muchos sentidos: mucha gente, mucho más dinero, mucho apoyo. Pero también se parecen en algunas cosas.
¿Qué similitudes encuentras?
Ambas road movies, toman personajes y los ponen en un entorno de acción. Los paisajes son muy importantes. Con una narrativa sencilla, pero con personajes complejos. Su investigación es algo que encuentro inspirador.
¿Hiciste trabajo de campo para profundizar en la demencia?
Hice tres años de investigación antes de rodar la película y antes había estado trabajando como voluntario. Pasé mucho tiempo con gente que está en esta situación, pero no quería basar los personajes en nadie. Quería crear personajes originales por mi cuenta, pero por supuesto la situación que viven está muy inspirada en la gente de mi investigación.
También actúas, ¿crees que eso ha ayudado a que sus personalidades sean tan creíbles?
Eso es lo que hemos intentado conseguir, que las interpretaciones fueran auténticas y fundamentadas. No queríamos nada que pareciera forzado, mentiroso o melodramático. Por supuesto, la situación que viven está muy inspirada en la gente que conozco cuando hago mi investigación.
Influencia a todas las partes de mi trabajo, también a la escritura, cuando estoy escribiendo los personajes. Con tanta muerte emocional. La complejidad de los personajes es lo que realmente me emociona. Ese estilo probablemente se extiende desde mi tiempo como intérprete. Las actuaciones de Colin y Stanley son del tipo que me encanta ver y me encanta hacer, son muy sutiles, y con mucha profundidad emocional. Lo que hacen en la película es hermoso y sorprendente, es una clase magistral.
¿Os llevó un tiempo decidir quién interpretaría a cada personaje?
Cuando montamos el proyecto, ellos interpretaban al otro personaje. Y luego, a la semana de estar ensayando, nos dimos cuenta de que, en realidad, era mucho más interesante el otro. Intercambiamos los papeles, muy al principio del proceso.
¿Cuál de ellos es más dependiente del otro?
En dos grados, son demasiado dependientes el uno del otro, pero evidentemente el personaje de Tusker se está volviendo poco a poco incapaz de decir o hacer ciertas cosas. El personaje está en un viaje para ser un compañero a la misma altura que su otro en la pareja. El personaje de Colin es el que tiene que cuidar de Stanley hasta que ya no esté allí, así que … pero es una pregunta interesante a hacerse cuando se habla de relaciones. Como el amor se ve afectado y conformado por una enfermedad eterna, como es la demencia. Es fascinante, precioso e inspirador pero, por supuesto, muy doloroso.
¿Es también una historia de amor hacia la vida y la naturaleza?
Sí, absolutamente. También es una historia de amor sobre el paisaje. Es muy importante para mí cuando a los personajes se les saca de su zona de confort y se les pone en un ambiente como este, que es a la vez romántico, dramático y peligroso. Cuando estás haciendo una road movie, como esta, el paisaje se vuelve realmente importante.
El cine también está hecho para sacar a la gente de sus zonas de confort?
Sí, a veces, absolutamente. Contar historias es importante porque nos permite empatizar con otras personas en otras situaciones. Eso, como aprendizaje para todos y como intercambio cultural es vital.