La primera experiencia de libertad de Noora Niasari llegó cuando tenía cinco años. Junto a su madre y alejada de su familia iraní, huyó a un refugio australiano de mujeres que buscaban un futuro sin miedo. Mujeres que “habían sido condenadas al ostracismo por reivindicar unos derechos humanos básicos”, recuerda la realizadora, como “el derecho a pedir el divorcio, a tener la custodia de sus hijos, a elegir cómo vestirse, a bailar en la calle, a dejarse llevar por el viento y a tomar aire y exhalar”.
Aquellas memorias articulan el punto de partida de ‘SHAYDA’(2023), su ópera prima, centrada en las ambigüedades morales de la cultura iraní. Ganadora del Premio del Público del Festival de Cine de Sundance y candidata australiana a la mejor película internacional en los Premios Óscar 2024, la cinta, rodada en los suburbios de Melbourne, nos traslada a su infancia con este relato real que rinde homenaje a la valentía de su madre y a todas las mujeres que luchan por sus derechos.
“Eso es todo lo que mi madre quería”, explica Niasari, “esas libertades básicas, para ella y para su hija, que encontró en Australia, pero nuestra nostalgia por nuestra patria nunca cesa».
En la película, la protagonista, Shayda, interpretada por la multipremiada Zar Amir Ebrahimi– Mejor Actriz del Festival de Cannes 2022 por Holy Spider– huye con su hija de su marido, Hossein, a un centro de acogida australiano para mujeres maltratadas. Una vez solicita el divorcio, tratará de mantener la normalidad para la niña, obligada a cumplir el régimen de visitas con su padre, lo que aumentará la tensión día a día.