
Schiaparelli vuelve a sorprender con una colección absolutamente deslumbrante, donde el nuevo bolso Soufflé se erige como la pieza estrella: un icónico hobo de gran tamaño que combina el lujo artesanal con el estilo vanguardista que define a la Maison. Confeccionado en gamuza suntuosa y piel granulada, este bolso fusiona forma y función con los emblemáticos colgantes anatómicos en latón dorado martillado, convirtiéndose en un objeto de deseo inmediato. A su alrededor, una constelación de accesorios atrevidos, piezas de joyería escultóricas y prendas irreverentes reafirman el ADN surrealista y sofisticado de la firma parisina. Cada detalle está diseñado para provocar, fascinar y transformar lo cotidiano en una experiencia de alta moda. Las imágenes que acompañan esta propuesta, capturadas por el fotógrafo Drew Vickers, acentúan la teatralidad de las formas y la tensión entre lo onírico y lo tangible que recorre toda la colección.
Schiaparelli vuelve a sorprender con una colección absolutamente deslumbrante, donde el nuevo bolso Soufflé se erige como la pieza estrella: un icónico hobo de gran tamaño que combina el lujo artesanal con el estilo vanguardista que define a la Maison.
Confeccionado en gamuza suntuosa y piel granulada, este bolso fusiona forma y función con los emblemáticos colgantes anatómicos en latón dorado martillado, convirtiéndose en un objeto de deseo inmediato. A su alrededor, una constelación de accesorios atrevidos, piezas de joyería escultóricas y prendas irreverentes reafirman el ADN surrealista y sofisticado de la firma parisina. Cada detalle está diseñado para provocar, fascinar y transformar lo cotidiano en una experiencia de alta moda.


El Soufflé destaca por su equilibrio entre suavidad y estructura. Sus versiones en turquesa y caramelo, pintadas a mano con spray para lograr un degradado brillante, aportan una dimensión artística al diseño. Las variantes en tonos arena, amarillo y negro, realizadas en piel granulada flexible, completan la propuesta con una estética más sobria pero igualmente refinada. Este bolso no solo acompaña un atuendo, sino que lo define.
La colección se mueve con soltura entre lo clásico y lo provocador, manteniendo una identidad clara pero en evolución. Las gafas de sol en acetato rojo incluyen el icónico Keyhole en las varillas como un guiño discreto pero reconocible, mientras que el modelo blanco con piercings de strass introduce una estética audaz y contemporánea. Elementos que antes pertenecían a un universo punk se reinterpretaban aquí con una elegancia inesperada.


Entre los bolsos más destacados figura nuevamente el Facebag, reeditado en dos versiones tan diferentes como fascinantes. La primera, en piel laminada arrugada de color plata, juega con los reflejos y la textura; la segunda, con estampado de cebra, ofrece una visión más salvaje del mismo concepto. En ambas, el rostro surrealista formado por joyas anatómicas en esmalte y latón dorado martillado se convierte en el centro de atención. El interior, forrado en el emblemático rosa Shocking!, remite a la tradición de la casa mientras reafirma su modernidad.
El calzado también mantiene su nivel de originalidad. Las sandalias Measuring Tape regresan en nuevas versiones: en plateado, nude y negro, todas bordadas en contraste dorado. La inspiración en la cinta métrica, símbolo del trabajo artesanal, aporta un componente simbólico que enriquece su estética. Lejos de ser un simple detalle decorativo, este motivo convierte cada par en una declaración visual.
La propuesta textil enfatiza las proporciones y el juego con los volúmenes. Destaca una chaqueta oversize de neopreno acanalado en rojo con mangas murciélago, cuello alto y cierre frontal con cremallera Keyhole, que equilibra dramatismo y funcionalidad.El conjunto de cárdigan estructurado con grandes hombrosy pantalón corto de ciclismo incorpora elementos deportivos sin perder sofisticación, gracias a detalles como los botones dorados martillados y el remache metálico en la parte trasera.


Las joyas refuerzan el imaginario surrealista de la firma. Collares con esqueletos de pez, pendientes con formas de concha marina o brazaletes decorados con ojos, narices y bocas en esmalte evocan una estética casi escultórica. Cada pieza funciona como un pequeño manifiesto visual, cargado de símbolos que dialogan con el cuerpo y lo transforman en parte del diseño.
La construcción de esta pieza mezcla fuerza y sutileza, con un guiño al trabajo de sastrería y al mismo tiempo, a la sensualidad contenida.
Combinado con accesorios como los pendientes de tachuelas con estampado de cebra o los collares con cabujones cristalinos, el resultado es una silueta impactante, pero equilibrada.
El uso de materiales, texturas y formas anatómicas sigue siendo el hilo conductor de la colección. La coherencia estética se mantiene incluso en los elementos más pequeños, como los cinturones con hebillas escultóricas o los anillos con detalles que remiten al cuerpo humano. Todo responde a una lógica de diseño donde lo decorativo nunca es gratuito.
Esta propuesta confirma la capacidad de la firma para reinventar sus propios códigos sin perder autenticidad. A través de la mezcla de lo surreal, lo artesanal y lo sofisticado, la colección consigue establecer un lenguaje visual propio, audaz y reconocible. En tiempos donde muchas propuestas se difuminan en lo homogéneo, este universo destaca por su capacidad para emocionar, sorprender y dejar una impresión duradera.
