DE CAMINO AL FUTURO SOSTENIBLE
Por Carlos Megía
Fredrika Klarén no ve límites a su capacidad para explorar, aprender, crecer y solucionar problemas que antes parecían irresolubles: “Estoy segura de que me dedicaré durante toda mi vida a esto y que nunca dejará de ser emocionante y desafiante”. La responsable de sostenibilidad de Polestar, la marca automovilística eléctrica sueca que ya se ha situado como todo un referente del segmento premium, ha encontrado en esta innovadora firma a la catalizadora perfecta para lograr un cambio tangible ante una crisis climática que nos afecta a todos, “sin importar nuestro lugar en el mundo”.
En la fabricación de un coche intervienen más empresas aparte de la compañía matriz. ¿Cómo controláis que vuestros socios se rijan bajo los mismos estándares de sostenibilidad que vosotros?
Exacto, y por eso es tan importante ser muy claros sobre nuestros valores y necesidades y elegir así a los socios que de verdad quieran colaborar con nosotros. Necesitamos soluciones, así que trabajamos con proveedores que se hacen responsables de las condiciones laborales en la cadena de suministro, que están apostando por la energía renovable en sus plantas y gracias a la trazabilidad podemos combatir cualquier posible corrupción o saber de dónde procede cada material. La trazabilidad ha sido como el Santo Grial para nosotros porque nos permite controlar y mejorar lo que está pasando en la cadena.
Fabricar un coche sostenible conlleva tomar decisiones que no siempre son las más rentables para la empresa. ¿Crees que los clientes están preparados para asumir ese incremento de precio con tal de conducir un coche respetuoso con el medio ambiente?
Quiero huir de la idea de que lo sostenible en más caro. La sostenibilidad tiene más que ver con la eficiencia de materiales y energías, con reciclar, reutilizar, etc. Sabemos que nuestros clientes apuestan por nosotros porque aprecian nuestra mezcla de diseño, tecnología y sostenibilidad y nos sentimos muy apoyados por ellos a la hora de innovar o usar nuevos materiales. Me gustaría que los consumidores sientan que hemos hecho ese trabajo por ellos, que no tienen que hacer ninguna concesión, porque la sostenibilidad depende de las empresas. Las emisiones no bajan y la igualdad no mejora en las cadenas de suministros debido a una falta de responsabilidad como industria. No deberíamos ampararnos en los consumidores respecto a esta problemática.
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