Parco Palladiano, la colección de perfumes de Bottega Veneta
El campo elegante y amable de la región italiana del Veneto, y muy especialmente de la provincia de Vicenza, está salpicado por varias docenas de villas que sobresalen regias del paisaje, exhibiendo sus líneas clásicas y su presencia poderosa. Al conjunto de todas ellas sen les conoce como Las Villas Palladianas y 24 de ellas forman parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Darse una vuelta por el Veneto es como visitar un museo de arquitectura al aire libre que nos permite contemplar con calma las mansiones concebidas y edificadas a mediados del siglo XVI por el arquitecto italiano Andrea Palladio, fundador del neoclasicismo, a petición de la aristocracia de la zona, grandes latifundistas y algunos miembros de la alta burguesía.
A diferencia de las villas romanas y toscanas, las palladianas no estaban destinadas sólo al ocio de sus propietarios. Eran también centros de producción, lujosísimas casas de labranza rodeadas por grandes extensiones de campos de cultivo, viñedos, bosques y pastos para el ganado, huertos y hermosos y arbolados jardines, lo que llevó a Palladio a incluir en sus proyectos almacenes, establos y dependencias para que el trabajo en el campo pudiera realizarse de una forma eficaz. Pero a la vez, eran centros sociales.
Palladio adaptó sus villas al retiro, a las partidas de caza y al concepto ya muy extendido en aquella época de la necesidad de huir de las ciudades para encontrar la paz en el campo. En las imponentes logias de las villas, en los salones cuyas paredes están decoradas con maravillosos frescos, sus dueños desarrollaban una intensa vida política y social. Casi cinco siglos después de su construcción, Thomas Maier, director creativo de la firma italiana Bottega Veneta entre 2001 y 2018, volvió su mirada hacia Las Villas Palladianas.
Tal vez, su atención surgió de que una de ellas alojaba el atelier de la firma donde un equipo de artesanos trabaja las pieles de la casa y poco a poco Meier se fue impregnando del espíritu del Veneto. “Todo el mundo debería venir y experimentar la belleza de esta región; es donde se fundó Bottega Veneta y el lugar que inspira la belleza de todo lo que hacemos en la firma”, explicó. O tal vez, fue la respuesta a un sentimiento íntimo que había vivido de cerca desde su más tierna infancia: “Andrea Palladio siempre ha sido mi arquitecto favorito, una pasión heredada de mi padre, que también era arquitecto y le admiraba mucho”, dijo.
El caso es que Thomas Meier quiso destilar el olor de los jardines que rodean y enmarcan estas villas, de los árboles que les dan sombra, de las especias y hierbas que se cultivan en sus huertos, del ritmo de las estaciones y también del día y de la noche para conseguir una expresión olfativa de todos los matices que este paisaje esconde.
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