Nathalie Decoster tiene un mensaje
El Mensajero de Nathalie Decoster (1965, París)—forjado en bronce y encerrado en su círculo original— posee una ubicuidad universal pero única. La escultora francesa creó este personaje simbólico como emisario de su propia filosofía, deudora de los valores de Séneca, con un destino concreto: reevaluar la posición del ser humano respecto al Tiempo. Este no debe ser solo un espectador pasivo de la vida y la muerte, sino también un actor activo entre ellas.
En su estudio de Argenteuil se siente protegido. ¿Qué ocurre cuando abre la puerta para salir después de un día de trabajo intenso? ¿Cómo es su rutina diaria?
En mi estudio estoy en mí “burbuja espiritual” es como si llegara a otro planeta de realidades, estrés, ruidos… Pero no olvido que este MUNDO nutre mi inspiración en nuestra sociedad.
Usted ha esculpido desde una edad muy temprana, ¿qué fue lo que más le llamó la atención de este medio?
Crear con el espacio.
La filosofía es esencial para entender su trabajo. Concretamente Séneca y su obra Aprender a vivir, ¿cómo ha influido en tu pensamiento? ¿Cómo lo plasmó por primera vez en la escultura?
El enfoque de Séneca me ayudó a resolver mi difícil relación con el tiempo y ganar serenidad. Comparto este secreto con mi público al exponer mis esculturas.
Las pequeñas narraciones que grabas como lemas de vida—Este-Oeste, Stereo, All roads lead to Rome, From A to Z, Deux ex machina—siempre se mueven en dualidades o elementos opuestos (la vida o la gran parca, la soledad inexorable o la complementariedad de los seres etc.) ¿Encuentras mayor intensidad en los límites de los polos?
Sí, este es el interés de la vida rica , también en cada humano hay diferentes caras.
Entrevista : Marta Martínez.
Imágenes : cortesía de Nathalie Decoster.