GUGGENHEIM BILBAO

DSC01733

La creación de un icono

El museo Guggenheim Bilbao celebra este 18 de octubre su 25 aniversario, pero su director general capitanea esta nave de referencia internacional desde hace mucho más tiempo. Cuando Juan Ignacio Vidarte decidió dedicar las siguientes tres décadas de su vida a un sueño cuestionado por voces tan escépticas como ruidosas, allá por 1991, lo hizo convencido de que la disrupción e innovación podía transformar para siempre una ciudad anhelante de una simbólica hoja de ruta. Cumplió su promesa con creces, batiendo todas las previsiones respecto a su impacto socioeconómico o número de visitantes –casi 25 millones–, pero consiguió, sobre todo, convertirse en paradigma y punta de lanza del museo del mañana, que ya es hoy.

DSCF4506

¿Qué balance hace de estos 25 años desde la apertura del Guggenheim Bilbao?

Muy positivo. El objetivo de crear una institución cultural de referencia en Europa, que contribuyera de una forma singular al proceso de transformación que estaba viviendo Bilbao, se ha conseguido. Además de que su programación ha sido una panorámica del arte de nuestro tiempo, el museo ha dinamizado todo un proceso de regeneración urbana, ha sido un agente de desarrollo económico y un factor de vertebración social en un momento complicado de la historia de la ciudad.

¿El museo le ha dado años de vida o se los ha quitado?

(Ríe) No sé si me ha dado años, pero sí riqueza vital. Es un privilegio el poder estar vinculado a un proyecto desde su origen, desde que no era más que una idea, colaborar en el proceso de ejecución y poder ver ahora los resultados. En ese sentido es un privilegio, formar parte de un proyecto así es una oportunidad única.

¿Cómo ha sido conciliar la dirección del museo con su vida personal? ¿Lo considera casi como un tercer hijo?

Sin ponerlos al mismo nivel, en lo que a la dedicación se refiere desde luego. Los que dedican sus vidas a este tipo de proyectos saben que es imposible hacer una separación entre la vida profesional y la personal. Eso implica sacrificios, sobre todo para la familia, que sabe que tienen que compartirte.
Es inevitable perderte cosas con una dedicación tan intensa, pero he tenido la suerte de que mi familia siempre me ha apoyado. Han entendido lo importante que era para mí y han sido mis cómplices.

¿La experiencia como una parte fundamental de la visita es la mayor semilla que ha cultivado el museo en el ámbito cultural internacional? ¿El continente es tan importante como el contenido?

Es una de ellas, sin duda. Es una referencia de esa visión del museo como un espacio que ofrece una experiencia única al visitante, pero también ha sido un elemento importante de cara a visibilizar cómo la cultura puede jugar un papel fundamental en la transformación social.

DSC 7836 1
DesdeLaSalve

Entrevista : Carlos Megía.
Fotografía : cortesía de Museo Guggenheim Bilbao.