La flor de mi secreto
Por Ana Domínguez-Siemens
Inspirándose en la tradición familiar de cultivadores de flores en Varsovia, Marcin Rusak Studio crea interesantes piezas a caballo entre el diseño y el arte, valiéndose de la apabullante belleza de la flor misma que él manipula y saca de contexto. Su trabajo implica investigación y experimentación llevando las flores a un nivel conceptual que habla de lo efímero, del valor de las cosas más allá del monetario y de estética, trascendiendo el impacto visual para dar espacio al emocional, siempre sin olvidar aspectos económicos, sociales o culturales.
Parece que creció rodeado de flores. ¿Podría explicarnos por qué fue así y cómo esto le llevó a trabajar como diseñador y artista?
No me puse a pensar en lo mucho que me había impactado el crecer entre invernaderos hasta que tuve que mudarme a Londres para estudiar en la Royal College of Art como joven adulto. Uno de mis profesores nos asignó crear un proyecto que evocara sentimientos fuertes, e inmediatamente sentí la necesidad de desarrollar un proyecto vinculado a mi difunto abuelo, cultivador y empresario de flores que encabezó el negocio familiar desde los años 60 hasta los 90. Decidí reconectar con él restaurando un armario gigante de estilo barroco de Danzig que recordaba de mi infancia. Me encantó que esa gran pieza de madera estuviera decorada con motivos florales, y decidí utilizar flores y plantas reales para construir objetos con ellas, en lugar de simplemente aplicarlas en la superficie. Con ese objetivo en mente, me puse a visitar los mercados de flores de Londres y me di cuenta de todos los complejos problemas relacionados con el negocio, incluidos los enormes montones de flores desechadas que
encontraba cada día después de que cerrara el mercado. Yo recogía las flores desechadas y experimentaba con ellas en el estudio. También empecé a investigar el tema de manera más profunda y académica, centrándome en los aspectos sociales, tecnológicos, económicos y botánicos del negocio de cultivo de flores. Este enfoque interdisciplinario fue un primer paso hacia lo que más tarde serían mis propios proyectos.
Las ideas principales en las que se basa su trabajo son el valor, la fugacidad y la estética. ¿Podría explicar las razones detrás de cada una de ellas?
Creo que se trata de ideas muy personales y subjetivas; en cuanto al valor, tiendo a asociar el término con algo a lo que tenemos un fuerte apego emocional, y no solo con cosas consideradas caras o lujosas. El concepto de fugacidad, por otro lado, es algo que abordo en todos mis proyectos, basados en un eje que va desde la caducidad hasta la preservación. La mayoría de mis proyectos se centran en la belleza efímera de las flores reales, y a través de ella cuento las historias sobre el mundo que me rodea: los recuerdos y emociones, por un lado, y todos los contextos económicos, sociales y culturales, por el otro. Trato la estética como un resultado de mis investigaciones, un resultado de todos mis intentos artísticos que resultan en nuevos materiales y técnicas que desarrollo en el estudio. La estética es donde mi visión se encuentra con el proceso creativo que conduce al resultado final.
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