Manuele Geromini: “Hacer un retrato es un encuentro con una persona”

Sus fotos no necesitan presentación; es imposible no perderse dentro de ellas. Pero, ¿quién está detrás de la cámara?

Manuele Geromini

Manuele Geromini, un italiano en París, es un fotógrafo especializado en el retrato que ha trabajado con muchas revistas como M Le Monde, Flair, Forbes Spain, Frankie+Clo o The Greatest Magazine; ha colaborado en campañas publicitarias como Ottod’Ame o Jil Sander SS17; e incluso ha realizado un cortometraje. Todos sus trabajos revelan una inquietud artística e intelectual inmensa, por ello hemos querido conocer a su autor un poco más. 

¿Cómo empezaste en el mundo de la fotografía? 

Mientras estudiaba Filosofía en la universidad, tenía un amigo fotógrafo con el que solía pasar mucho tiempo hablando de política, filosofía, arte, música… Empecé entonces a ayudarle como asistente. Poco a poco sentí que la fotografía podría ser mi camino. A partir de entonces todo lo que aprendí de fotografía lo hice de manera autodidacta. 

 

¿Qué es lo más importante que aprendiste de aquel amigo? 

Era una persona curiosa, de mente abierta; un artista. Y tenía una perspectiva de las cosas distinta a los demás. Si algo aprendí de él fue eso. Creo que podemos enseñarnos mucho unos a otros solo con nuestra actitud ante la vida; y eso fue lo que hizo él. Su manera de abordar la fotografía era totalmente artística y experimental. Pero creo que es imposible enseñar una disciplina artística. Puedes aprender la técnica, pero eso solo es el principio. Luego todo depende de cómo decides vivir, qué prioridades tienes y qué sentimientos eres capaz de encontrar en tu alma. 

¿Tus estudios de Filosofía han influenciado de alguna manera tus fotografías? 

Bueno, para mí la filosofía es importante para formarme una visión de la vida. De hecho, sigo estudiando y continuaré haciéndolo el resto de mi vida. Pero no sé si mis estudios tienen alguna influencia en mis fotos; desde luego en mí sí. 

 

Salta a la vista que todas tus fotos son analógicas, no digitales. ¿Hay alguna razón especial por la que trabajas con analógicas? 

Suelo trabajar con cámaras instantáneas, como Polaroid o Fuji 8×10. Para mí, es el mejor soporte para una foto. Me gustan la textura y la poca definición que consigo. Por esta razón, tanto el digital como los negativos tienen demasiado detalle para el resultado que busco. Además, me gusta tener la foto inmediatamente después de sacarla; y por supuesto, sin ningún retoque.  

Manuele Geromini
Manuele Geromini

Tus trabajos son sobre todo retratos fotográficos. ¿Qué hay en los retratos que te resulte tan fascinante? 

Hacer un retrato es un encuentro con una persona. No importa si es famosa o no. Para mí no hay ninguna diferencia, todos son igual de importantes. Es una cuestión de empatía. A veces no hablo con esa persona, solo la miro e intento retener en la mente la primera sensación que he tenido y rápidamente hacer la foto. Otras veces hablo con ellos, pero, en cualquier caso, intento trabajar deprisa.  

 

Las sobreimpresiones y las transparencias son frecuentes en tus fotografías. ¿Qué buscas con ellas? 

La fotografía no es la realidad, nunca lo es, es solo un encuadre. Así que no trato que mis imágenes sean reales o verosímiles. Busco el misterio y lo desconocido que hay en cualquier sujeto que fotografío. Uso esa estética por esta razón. 

Después de haber hecho fotos para anuncios, revistas, retratos e incluso un corto, ¿cuál ha sido tu proyecto favorito? 

Probablemente la serie de fotografías “Italian Oscar prize” que hice en 2016 en Roma, donde pasé dos meses fotografiando a grandes figuras del cine italiano como Bernardo Bertolucci, Milena Canonero, Roberto Benigni, Ennio Morricone o Lina Wertmüller, además de probar comida fantástica. Me encanta el cine y todos ellos son geniales. Fue todo gracias a mi amiga Lara Dell’ Antonia, productora y colaboradora de la Academia de Cine Italiana. Fue ella quien me propuso el proyecto, que contaba con el apoyo de la revista Il Sole 24 Ore. La idea era realizarles un retrato en su propia casa, en un ambiente íntimo; nada de estrellas, nada de fotos VIP, solo personas normales y corrientes. 

Manuele Geromini
Manuele Geromini

A la hora de preparar la sesión de fotos, ¿les diste alguna indicación para que posaran de cierta manera? 

Nunca pido a la gente que pose. No me gusta que posen, son así, no hay nada que cambiar. Así es como trabajo a la hora de hacer un retrato. Lo que hago es pasar tiempo hablando con ellos. Tenía mucha curiosidad por conocer a los artistas y así poder reconstruir la historia del cine italiano desde el neorrealismo hasta nuestros días. Con algunos tuve la oportunidad de tener una conversación más larga; con otros solo pude intercambiar unas palabras. En cualquier caso, fue una gran experiencia. Me sorprendió bastante encontrarme con personas tan humanas y sencillas, la verdad.  

 
 

¿Hubo alguno que te gustara especialmente? 

No podría decirte quién. Todos eran tan distintos que simplemente intentaba perderme en la sensación que me provocaba estar con cada uno de ellos. 

¿Cuáles son los artistas que más te inspiran a la hora de crear? 

Estudio arte todo el tiempo y de cualquier artista del pasado podría encontrar alguna idea que pudiera desarrollar a mi manera. Sobre todo me gustan los artistas cuyas obras se basan en el movimiento, como los fotógrafos Bragaglia, Giacomelli o Roversi. En pintura me gustan Bacon, Freud y Richter. Para mí son como maestros; todos tienen algo que admiro y por supuesto me encantan todos sus trabajos. Bueno, El retrato de Inocencio X de Bacon es fantástico. 

 

¿Cuánta libertad creativa consideras que tienes al trabajar para otras publicaciones o revistas? 

Para el reportaje que hice para la revista Flair por ejemplo, tuve absoluta libertad creativa. Tanto la estilista como la revista me permitieron decidir el ambiente y el estilo de la sesión de fotos, e incluso elegir al artista con quien trabajaría. Me gusta colaborar con este tipo de revistas. Aunque eso implique tener menos oportunidades de trabajo, lo prefiero porque trabajo mucho mejor. 

Manuele Geromini
Manuele Geromini

¿Hay alguna diferencia entre Italia y Francia al trabajar? 

No sabría decirte si existe una diferencia real. Depende más de la gente y las revistas para las que trabaje. Por supuesto París es el mejor lugar para el arte y la fotografía; ambos se mueven entre el negocio y la creatividad. 

 

¿Hay alguna fotografía de la que te sientas especialmente orgulloso? 

Estoy orgulloso cuando una fotografía tiene la capacidad de sorprenderme cada vez que la observo. Creo que hacer una buena foto es un trabajo de alquimista y en parte un milagro. 

 

¿Tienes algún consejo para jóvenes fotógrafos o cineastas? 

Bueno, creo que no hay ningún secreto. Lo más importante es conocerte a ti mismo. Además de eso les diría: la investigación, la curiosidad y creer en sí mismos. 

Manuele Geromini
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