La Galería H20 presenta una serie de imágenes analógicas de Mahala Nuuk, en las que se captura la belleza melancólica de paisajes vacíos y objetos detenidos en el tiempo de Norteamérica.

Desde una carretera que se pierde en el horizonte hasta un neón solitario al caer la noche, ‘Fragmentos. Un viaje visual’ nos sumerge en los lugares más profundos de Estados Unidos. La fotógrafa barcelonesa Mahala Nuuk crea una especie de «road movie» visual donde la ausencia habla más que la presencia. La exposición, que se inaugura el 8 de mayo en la Galería H2O de Barcelona, reúne más de 30 fotografías cargadas de misterio y nostalgia.
“Llevo años viajando por EEUU. Fotografío espacios, naturaleza, coches. Me gusta la imperfección, la decadencia. Me fascinan las ventanas, imaginar quién hay detrás, quién vive ahí. Mis imágenes son espacios vacíos, misteriosos, en los que la presencia humana solo se intuye”, comenta Nuuk sobre la exposición.


Ofrece una mirada al paisaje apabullante de Norteamérica, caracterizado por las aceras solitarias y aparcamientos cubiertos de nieve. También detalles en un árbol, un café derramado que se congela al contacto con el hielo, una ventana umbría y un antiguo automóvil desvencijado.
Las fotografías de Mahala han sido tomadas por una cámara analógica en slow-picture, que están pensadas, encuadradas, meditadas. Tienen la intención de perdurar y eso se percibe tanto en el encuadre exquisito como en la calidad y cualidad de los colores. Además, cuenta el misterio de lo que está por venir, de lo que vive detrás, similar a un cuadro de Edward Hopper.
«Probablemente, lo más importante que Mahala Nuuk nos recuerda es que, incluso en tiempos turbulentos o quizás especialmente en ellos, hay una razón para seguir mirando, ver una casa sin paredes o un seto enfurecido de flores y, sobre todo, hay razones para continuar con el ‘viaje’: tan solo es cuestión de dejar un poco de espacio al fondo de la maleta”, describe Rubén Fernández-Costa.


Mahala Nuuk, nacida en 1983 en Barcelona, comenzó su carrera fotográfica tras su vuelta de Estados Unidos. Empezó trabajando con cámaras analógicas de medio formato y desde ese momento, profundizó su interés por la luz y el color, por las líneas arquitectónicas depuradas y por los detalles insospechados.
Hizo prácticas en la agencia Magnum Photos cuando vivió un tiempo en Nueva York y ha colaborado durante años con la Fundación Foto Colectania de Barcelona. En la actualidad, compagina trabajos profesionales de encargo con proyectos más personales y artísticos.