Los sentimientos sumergidos. Entrevista Barbara Cole
El agua como metáfora y a la vez medio de la emoción, ese es el sello distintivo de la fotógrafa Barbara Cole, que después de una larga trayectoria subacuática, ha desarrollado su propio lenguaje artístico natural.
Durante años, Barbara ha sido pionera en la fotografía submarina donde el agua, la emoción y la figura fluyen dentro y fuera del tiempo. Moda y costura han tenido algo que ver en su larga historia de experimentación con el analógico.
Su incesante búsqueda de atemporalidad solo se manifiesta sumergida, suspendida en un ambiente onírico, donde logra transformar la figura humana, ya sea envolviendo a sus sujetos en el anonimato o manipulando su sentido de la gravedad, técnica que le ayuda a manipular los límites de la realidad.
Fotógrafa de Bellas Artes con sede en Toronto, ha sido editora de moda durante los diez años. Comenzó la práctica autodidacta de fotografía de un modo intuitivo y ya en la década de 1990 el escenario acuático captó su atención
Desde su propia piscina, experimenta y profundiza en su trabajo, que ha sido expuesto en numerosas ocasiones en América del Norte, Europa, Asia y Oriente Medio. Además la aclamada serie documental Snapshot: The Art of Photography II, le dedica un episodio exclusivo a la práctica fotográfica de Cole.
En Appearances, su última serie, se lanza en busca de conexión durante un tiempo de separación y asilamiento, sin perder de vista su tema habitual: la forma humana. La flora antropomorfizada será protagonista en abril de la Bau-Xi Gallery en Toronto.
¿Recuerdas tu primera cámara? ¿Y la primera foto que hiciste?
¡Claro! De hecho, solo fotografié un maniquí sosteniéndolo en una foto que tomé esta semana. Fue un Kodak Brownie. No recuerdo la primera foto que tomé, pero sé que tomó mucho tiempo. Desde el principio fui muy selectivo a la hora de componer en el visor.
¿Es más importante la forma o el material?
El material crea la forma. Determina cómo se moverá la prenda una vez que esté en el agua. Ambos son importantes.
¿Qué te atrae especialmente del medio acuático?
Me encanta la sensación de tranquilidad que se siente una vez sumergido. Es un entorno que alivia mucho el estrés. Todo está en silencio y en cámara lenta. También amo la privacidad de todo esto. No estoy conectada a un ordenador que todos puedan inspeccionar cuadro por cuadro. Somos solo yo y el sujeto.
¿Qué proceso de trabajo sigues para hacer fotos bajo el agua? ¿Qué tipo de instrucciones les da a los modelos?
¡He fotografiado personas bajo el agua durante décadas! El proceso ha evolucionado mucho durante todo ese tiempo. Aprendí lo básico siguiendo las instrucciones sobre cómo fotografiar a los peces, por ejemplo. Es engañosamente complicado y, a veces, muy peligroso. Siempre que use aparatos electrónicos cerca del agua, puede tener un problema. También debes mantener los modelos a salvo. A veces, la ropa que llevan puede ser bastante pesada o peligrosa.
¿Qué ventajas ves en la fotografía analógica
Me encanta lo analógico. Hay una hermosa estética o ceremonia involucrada en la realización de las imágenes. Con la fotografía digital, es fácil perder la conexión con la fotografía en sí. Es frío e impersonal y, como está tan disponible, hay muchas cosas malas por ahí. A veces pienso que corremos el peligro de perder nuestro aprecio por el acto de la fotografía, sobre todo cuando es instantánea, que puede ser buena para algunos, pero no para mí.
Si pudieras ser una flor, ¿qué serías?
Sería una hortensia azul. Frágil, fuerte y flotando en el agua con trazos largos y elegantes.
Hay un documental, Instantánea: El arte de la fotografía II, sobre ti y tu trabajo
Cuando el cineasta se me acercó por primera vez, pensé que estaba bromeando. Trabajamos muy duro juntos para que fuera una buena representación del trabajo. Estoy muy contento de haber participado porque salió de una manera honesta, pero me preocupó en todo momento que mi trabajo pudiera parecer frívolo. Se siente maravilloso ser reconocido por tus compañeros. Increíble, de hecho.
