Los orígenes borrados de Bill Brandt

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Elephant and Castle underground station during WWII. 1942

La península acoge por primera vez la obra de Bill Brandt en una exposición ofrecida por la Fundación MAPRFE. Se puede visitar hasta el 24 de este mes en sala KBr de Barcelona, y luego en Madrid a partir del 4 de junio (Sala Recoletos). 

En 1983 fallecía uno de los fundadores de la fotografía moderna, Bill Brandt, dejando tras su enfoque más de cinco mil fotografías publicadas en la prensa o en libros, convertidas algunas de ellas en iconos indispensables para entender la sociedad inglesa de mediados de S.XX.Para él, la fotografía era un medio poderoso para comprender la realidad así que hacía arte de la permanente observación de nuestro mundo, primando siempre las consideraciones estéticas sobre las documentales.

Nacido como Hermann en el Hamburgo de 1904, creció en un entorno de animadversión hacia el nazismo. Por ello, trató de borrar todo rastro de sus orígenes alemanes y presentarse ante la sociedad como un hombre nuevo, llegando a afirmar incluso que era natural de la isla británica, tras haber vivido en Viena y París.

Parlourmaid and Under Parlourmaid ready to serve dinner 1939
Parlourmaid and Under Parlourmaid ready to serve dinner 1939

La disolución de la propia identidad era un recurso idóneo para alguien que buscaba un pasado distinto. Ese ocultamiento envolvió su obra en un aura de misterio y conflicto, en una permanente atracción por lo extraño. Trata de construir una visión irreal de la idea del país alemán que se había forjado en su infancia a través de los relatos familiares. 

Tísico en su juventud, desde los sanatorios suizos se inició en la fotografía, además de nutrirse de otras artes: descubrió la literatura, la pintura o el cine mudo de las vanguardias europeas. Después se trasladó a Viena para ser sometido a un innovador tratamiento de la tuberculosis mediante el psicoanálisis, convirtiéndose así en un posromántico protegido por Eugenie Schwarzwald, filántropa y pedagoga.

 

Las teorías psicoanalíticas impregnaron durante los años treinta la escena cultural de París, donde el fotoperiodismo se encontraba en pleno apogeo. A pesar de que Brandt se trasladó allí en con su primera esposa, evitó los ambientes más frecuentados de la bohemia capital francesa. El momento más destacado de su etapa parisina fueron los tres meses de aprendizaje junto con Man Ray. Más tarde diría que, en realidad, no aprendió casi nada junto a él. Influido no obstante por el psicoanálisis y vinculado al surrealismo, las instantáneas de esta época nos trasladan a la estética, según Freud, de su unheimlich («lo siniestro»).

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Evening in Kew Gardens, 1932

El poco éxito obtenido en los diarios parisinos le animó a probar suerte en Inglaterra, donde la escena fotográfica aún no había despegado. También allí definitivamente cristalizó la decisión de convertirse en otro: adoptó el nombre de Bill bajo la apariencia de un caballero de clase media-alta de Gran Bretaña.

Siempre dispuesto en su nueva ciudad a inmortalizar escenas cotidianas, logró atrapar el aura de la vida inglesa de los años treinta, observando a una retahíla de personajes comunes provenientes de diversas clases sociales. Editó entonces los dos libros capitales en su trayectoria, referentes fundamentales del reportaje social y el documentalismo británico: The English at Home (1936) y A Night in London (1938).

No solo se limitó a aquello: revolucionó el retrato creando imágenes penetrantes que evocaban un complejo mundo interior y que a menudo eludían el academicismo, acercándose a la visión heteróclita del Surrealismo. También ofrecerá una de las visiones más elocuentes de la fragilidad humana durante la Guerra, en 1940.

Poco a poco, el fotógrafo acabó desplegando un amplio abanico de registros, revelándose capaz de plasmar todos los temas y motivos, del paisaje al rostro humano, pasando por el reportaje social o la construcción pictórica de la imagen.

Tras la Segunda Guerra Mundial, el legado del Surrealismo se evidencia sobre todo en su serie dedicada a los desnudos, fotografías de angulaciones y perspectivas distorsionadas placenteras, que extraen la belleza, con frecuencia, de un cuerpo humano segmentado.

Cuckmere River, 1963
Cuckmere River, 1963
 

Escapando de los convencionalismos, indagará en la contemplación de diversos paisajes abismados. Su obsesión era entonces captar los cánones estéticos de la amplia tradición cultural y literaria en la atmósfera de la naturaleza.Con la llegada de los sesenta, se impone una fotografía glamurizada de la moda y la estética de suplemento, prácticamente opuestas a la verité de sus instantáneas.

Casi todas sus imágenes, tanto las de carácter más social como las de su posterior etapa más «artística», mantienen una fuerte carga poética y ese halo de extrañeza. Por todo ello, su estilo se forjó como un conglomerado de influencias: del cine expresionista, del psicoanálisis y la noción freudiana, de la imaginería visual del Surrealismo, y del fotoperiodismo, que revolucionó las publicaciones de Alemania o Francia.

Al igual que a lo fue su vida, sus fotografías son juego constante entre la realidad y la ficción.