Loom House va de la mano con el enfoque de Living Building Challenge, un programa de certificación que define la medida más avanzada de sostenibilidad, proporcionando un marco para el diseño, la construcción y la simbiosis entre las personas y todos los aspectos del entorno construido
Situada en un precioso acantilado en las afueras de la ciudad de Seattle, WA, se encuentra la Loom House. Este hogar es una muestra de una amplia renovación eco-sostenible realizada sobre una casa clásica construida a mediados de los 60s. Diseñada por The Miller Hull Partnership, LLP (un galardonado estudio de arquitectura conocido por su diseño sostenible y regenerativo) y Loom House, se logró obtener la certificación de Living Building Challenge 4.0, con el que a principios de 2021, dieron el paso para hacer de la residencia una de las cuatro casas más únicas del mundo. Inspirada en la unión de las personas, el medioambiente, la comunidad y la equidad, Loom House entrega una realidad a los propietarios que ofrece un prototipo concreto para renovar sus propiedades utilizando estrategias de retro-adaptación y estética complementaria a la naturaleza.
En la parte norte y sur de la propiedad se encuentran dos casas renovadas de más de 300 metros cuadrados. Miller Hall trabajó extensivamente para proporcionar una renovación con personalidad, sistemas autosuficientes e interiores actualizados. La propiedad también cuenta con un garaje independiente de 70 metros cuadrados donde el propietario puede albergar su vehículo eléctrico (cuenta con portal para cargar la batería) y cualquier otro tipo de vehículo que desee. Las mejoras en la Loom House mantienen el anterior carácter arquitectónico de la propiedad a mano del reconocido arquitecto Hal Moldstad, pero al ser desarrollada en un paisaje rejuvenecido que enfrenta el noroeste del Pacífico, se convierte en una misma cosa con el entorno existente debido a su diseño conservador pero moderno y su sensibilidad con la naturaleza.
El alrededor de la propiedad está acompañado por plantaciones ornamentales de arces japoneses, arboles en flor, rododendros y azaleas. Debido a la agricultura urbana aplicada en la residencia también hay una gran variedad de bayas comestibles, verduras y senderos a través de un bosque de forrajeo micológico que proporciona un escape de la vida urbana mientras se vive a minutos de ella. Gracias a un nuevo puente para llegar a la entrada, se abren unos caminos a través de los arboles maduros de más de 20 metros de altura que dan un sentimiento mágico. Lo que antes era un laberinto de pequeñas habitaciones en una de los espacios se transformó en un gran salón abierto con una escalera que conduce a la suite principal en su nivel inferior. Y las ventanas a través de la construcción son de triple cristal para proporcionar un silencio absoluto y mantener una conexión intima mirando todas hacia los jardines, el estrecho de Puget y otros lugares espléndidos alrededor de la propiedad. La energía y el agua se integraron perfectamente a las estructuras existentes, con lo que el equipo del proyecto que presionó con éxito a la ciudad de Bainbridge Island para cambiar el código de la ciudad en cuanto al trato de las aguas grises y negras, forjando el camino para que otros residentes de la zona siguieran el ejemplo también.
El equipo del proyecto fue más allá de los requisitos del Living Building Challenge y extendió los materiales libres de la Lista Roja a todo el mobiliario de la casa, eliminando permanentemente las sustancias químicas preocupantes para artesanos, instaladores, vendedores y fabricantes. El impacto de Loom House aboga por un cambio que va mucho más allá de los limites de su propiedad y el ejemplo que está liderando su proyecto es un claro intento de no solo querer cambiar las remodelaciones en sí, sino que el mundo de la construcción como tal.