Por Carlos Megía
Para sorpresa de nadie, es una mañana lluviosa en Londres. “Discúlpame, pero es que estaba paseando a mi perro y diluviaba”, se excusa con modales exquisitos Carol Woolton tras retrasar apenas diez minutos el comienzo de nuestra charla. Escritora, historiadora, estilista, curadora, profesora… son tantas las facetas demostradas durante casi tres décadas de carrera que solo cabe definirla como lo que es, la mayor autoridad británica en joyas. Editora en revistas como Vogue o Tatler cuando el sector editorial ni siquiera se molestaba en mirar con atención hacia las piedras preciosas, Woolton canaliza ahora todo su conocimiento y experiencias en el podcast If Jewels Could Talk. Un programa que no ha tardado en situarse como una referencia disfrutable tanto por los interesados en la joyería como por aquellos que saben reconocer su importancia en el transcurso de la historia. Solo hay que abrir bien los oídos.
¿Podrías contarnos cómo surgió la idea de crear el podcast? No sé si esperabas tener esta gran repercusión en la industria…
No lo esperaba, pero ha sido maravilloso porque todo ha sucedido de una forma muy orgánica. Se me ocurrió al comienzo de la pandemia ya que, como supongo que todo el mundo, me sentía muy aislada y fuera de contacto. Quería seguir contando historias sobre joyas, que es lo que me encanta hacer, así que pensé que un podcast era la plataforma más moderna para llevarlo a cabo. Aunque no cuentas con el apoyo visual, hay algo en la voz y en una conversación que consigue que percibas las emociones y sentimientos que solo provoca la joyería. Los podcasts son una gran forma de hacer que las joyas cobren vida.
Quizá este formato también te ha servido para atraer a un público más joven.
Sí, creo que sí. Todos sabemos que la inmensa mayoría de la gente joven ya no compra periódicos o revistas, sino que consiguen la información por otros cauces. Como en Instagram, por ejemplo, que también tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Por un lado, puede ser una red bastante irreal, vacía y en la que se alardea demasiado. Por otra parte, también es buena para comunicar ideas, conocer nuevos diseñadores… Los jóvenes quieren información y aprender, pero en medios distintos, como los podcasts. También me permite llegar a oyentes de todo el mundo y estar en contacto con ellos hablando sobre la temática que amo.
Tengo la sensación de que no hace falta ser un gran experto en joyas para disfrutar del programa porque muchas veces son solo una excusa para hablar de temas más grandes como el rumbo de nuestra sociedad o eventos históricos. ¿Estoy en lo cierto? ¿Era uno de tus objetivos?
Absolutamente. Es más, diría que ese ha sido uno de mis grandes objetivos durante mis últimos 30 años de carrera. Siempre quise darle a la joyería la importancia que tiene. En los años que he trabajado en Vogue creo he conseguido darle protagonismo e interés pese a que a veces se sigue ignorando y considerando como algo frívolo o superficial. Me encanta destacar la importancia cultural y la historia de la joyería porque fue nuestra primera forma de arte, lo primero que hicimos como seres humanos. Ha estado presente en todo tipo de culturas y civilizaciones, confluyendo con la religión, la guerra, el diseño, la moda, la literatura o el cine. Me gusta enfatizar su papel como enlace cultural, elevarla y enseñar a la gente su importancia. No es algo irrelevante o elitista. Las joyas nos unen a todos y hablan sobre nuestras vidas e identidades.
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