La alfombra roja de la cena de los Goya

Goya

Este lunes las estrellas de cine han bajado a la tierra para celebrar un encuentro entre los nominados a los Goya, participando en un photocall y concediendo declaraciones a la prensa antes de una cena exclusiva para ellos.

Ha sido exactamente en el Florida Park, en el interior del Retiro, el lugar donde Madrid es más maravilla. Allí han acudido 190 de los 260 nominados a los premios de cine más deseados del cine español. El día, cálido para el momento del año y precioso, aunque no se va a apreciar, puesto que todo transcurrirá dentro de las instalaciones.

Goya
2 Gorro

Llegan unos 20 minutos tarde los primeros nominados, de las categorías de cortos y documentales. Entre ellos se encuentra el equipo de Todo está perdido, que llevaron algunos de los ‘looks’ tan extravagantes como fallidos, puesto que no generaron especial reacción y estéticamente son indefendibles. Más asumible es aquél con el  gorro de Papá Noel, una menos hiriente muestra de espíritu navideño.

Silva
Berger
Carolina
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Para cuando comienzan a entrar intérpretes, ya vemos que la toma notas del ‘streetwear’ por el que se prescinde de los zapatos a favor de las zapatillas (muchas veces de suela ancha), cadenas y, en algunos, de la tela vaquera en los pantalones. Los colores favoritos son el negro y el azul marino.

Esto se ha dado con más frecuencia en los hombres, aunque algunas mujeres también han empleado estas técnicas y vestido de forma tradicionalmente considerada masculinas. Sin embargo, tampoco han faltado por su parte los vestidos de colores o ‘crop tops’, eso sí, la mayoría de los tonos oscuros, tan manidos como funcionales.

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¿Quién se salió entonces de lo establecido? Aunque cumple con todo lo anteriormente dicho sobre este nuevo código de las alfombras rojas, Alberto Ammann llamó la atención al portar una kufiya como muestra de apoyo a Palestina, como ya fue moda en España en los años 90. María Vázquez también se posiciona en el conflicto del lado árabe con el pin de una sandía (otro famoso elemento reivindicativo surgido a raíz de la prohibición de la bandera enemiga en Israel), pero llevan con especial gracia una camisa blanca con chaleco, apuesta contraria a la de Rigoberta Bandini, que llevaba un top de gris metálico escote unido con cordones.

Reflexiones sobre la alfombra roja

La velada ha sido, como se podría esperar de los Goya, un acto de celebración del cine español en la que efectivamente ha habido glamur, pero más que miradas al vestuario, ha habido preguntas por lo cinematográfico. Los debutantes contestaban con rostros ilusionados, los veteranos tenían más solemnidad y los directores han defendido la complejidad de sus historias. En general, todos le han restado importancia a ganar y han insistido en el clásico del honor que ya sienten por la nominación.

Coixet
Bayona 1

No obstante, también ha habido comentarios acerca de la moda en las alfombras rojas y si lo sienten conectado con el día a día de su oficio. La más tajante ha sido Isabel Coixet, que ha afirmado que “no tiene nada que ver”. Respecto a su relación con la alta costura y joyería, explica: “me querían poner en una sesión de fotos unos pendientes de cuatro mil euros. Para mí eso en un director es un mensaje equivocado para las próximas generaciones». “Para los actores es otra forma de exponerse e interpretan también en la alfombra roja, pero yo no tengo que interpretar. No me parece ético”, matiza.

Mucho más optimista es, por ejemplo, Bayona, también director. Él explica que es importante para dar a conocer la película. “Es una cosa extraordinaria no tenemos tantas alfombras rojas. No soy actor ni modelo, no sé posar ni lo voy a intentar, pero todo lo que le dé visibilidad, bienvenido sea”. 

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Entre los actores, la estrella José Coronado confiesa que le gusta. “A mí me encanta tener uniforme bonito”, dice. Su matización proviene de la diferencia con las mujeres porque ve “lo que sufren con joyas, vestidos” y le hace pensar en la “superficialidad del circo, en el buen sentido de la palabra, también es maravilloso vernos a todos elegantes para esa noche”.

Rigoberta Bandini, una de las mejor vestidas, explica que intenta “pensar mucho y poco”, aunque explica que su imagen de provocación como artista podría verse más en la gala de los Goya. Aunque no sabe, reconoce que “será otra película”. Tan solo el tiempo lo dirá. El 10 de julio, en Valladolid, podremos ver si ella y el resto de invitados ofrecen algo para el recuerdo en cuanto a prendas.