KIMI: tecnología, comodidad y lo que ocurre fuera de ella

Zoë Kravitz protagoniza KIMI, un thriller que muestra la realidad como puede llegar a ser y que se estrenará el 10 de febrero

KIMI

¿Nunca habéis tenido la sensación de que con la dependencia de la tecnología para realizar tareas que normalmente se hacían sin su ayuda y que con todos los datos personales que flotan en la red estamos muy vigilados? La película KIMI, del director Steven Soderbergh y protagonizado por Zoë Kravitz, lleva este concepto a otro nivel mediante una trama que aúna las fobias personales de la protagonista con la situación que vivimos hoy en día con el Covid y un aparente complot con el fin de ocultar una verdad incómoda y oscura.

KIMI
KIMI

La falta de control de la distancia

La historia de Angela Childs está definida por su agorafobia. Como analista de flujos de datos, no necesita salir de su casa para ir a trabajar, ni tampoco lo hace para comunicarse con su familia, ni con su terapeuta. Toda su vida está recogida bajo el amparo de su piso y su dependencia de la inteligencia artificial KIMI, que al igual que harían Alexa o Cortana, realiza todas las acciones que Angela le pide. Y aunque ha adaptado su vida a sus necesidades, todo caerá en picado en cuanto descubra un posible caso de asesinato que la forzará a salir de su círculo de confort para enfrentarse a un enemigo mucho más grande que él, pero al que no puede ni siquiera ver.

En esta película en donde se muestra lo pasivos y cómodos que nos hemos vuelto con la llegada de la tecnología, bajo el guion del aclamado David Koepp, HBO Max no ha querido desperdiciar la oportunidad de mirar a lo que la sociedad está llegando poco a poco.