Con motivo de su 30º aniversario, Jimmy Choo lanza una colección cápsula explosiva y cargada de significado: The Archive 1997–2001. Un homenaje a sus años fundacionales que mezcla iconos del pasado, estética de los 2000 y una actitud atrevida y femenina. Son siete modelos legendarios, reeditados con precisión milimétrica, que resumen el ADN de la marca: sensualidad, elegancia audaz, diseño impecable y una conexión directa con la cultura pop. Más que nostalgia, esta cápsula es una celebración vibrante del estilo que nunca pasa de moda, una fusión perfecta entre archivo y actualidad.
La dirección creativa de Sandra Choi lidera este regreso al origen, una mirada quirúrgica a los primeros pasos de la firma que, lejos de quedarse en lo sentimental, busca poner en valor lo esencial.
Junto al diseñador Conner Ives y el curador de moda Alexander Fury, se han rescatado siete piezas que no solo marcaron época, sino que hoy adquieren una nueva potencia visual y conceptual. No hay artificio: cada modelo lleva un nombre simple y directo (The Slide, The Thong, The Boot, The Bow, The Strappy, The Leo, 72138) como si cada uno hablara por sí solo.
El modelo más célebre de esta selección, y quizá el más simbólico, es el 72138. Su número, casi misterioso, corresponde a uno de los diseños más recordados por el público: aquel zapato de ante lila con plumas que calzó Carrie Bradshaw en Sex and the City, y que acompañó su famosa frase “¡Perdí mi Choo!”. Con esa escena, el zapato dejó de ser un accesorio para convertirse en ícono cultural. Hoy se reedita por primera vez desde entonces, con los mismos materiales originales, rindiendo tributo a un momento que cambió la relación entre la moda y la televisión para siempre.
Otro protagonista es The Leo, una sandalia con pulsera al tobillo y estampado de leopardo que también formó parte del universo de Bradshaw. Más que una simple pieza retro, su reedición confirma el lugar que el animal print siempre ha ocupado en la firma como símbolo de estilo atrevido y sofisticación indomable. Esta silueta, sencilla pero con actitud, refuerza la capacidad de la casa para transformar elementos clásicos en gestos audaces.
El modelo The Strappy, de la primera colección oficial en 1997, representa la precisión del diseño funcional. Tiras cruzadas que envuelven el pie con delicadeza pero sin perder carácter. Una pieza que rompe con las convenciones sobre lo sexy al apostar por la ligereza, el detalle y la proporción. Igual de contemporáneo es The Thong, que toma una estructura tipo tanga y la eleva con una malla metálica plateada, claramente influida por la estética de los tops pañuelo que dominaron las noches de principios de siglo.
Para las amantes de los contrastes, The Bow ofrece un juego visual entre cuero con textura de serpiente y lazos asimétricos. Una pieza que combina delicadeza y fuerza, jugando con proporciones inesperadas y una mezcla de patrones que resulta tan provocadora como refinada. Aquí, la idea de accesorio se convierte en declaración estética.
En un registro más relajado pero no menos contundente, The Slide representa la transición hacia una elegancia sin esfuerzo. Este mule plano, creado en 1999 y presentado ahora en cuero menta, desafía la línea entre lo informal y lo chic. Es el tipo de zapato que se desliza de la pasarela al asfalto sin perder impacto visual. Por último, The Boot —un diseño del año 2000 que formó parte de campañas publicitarias de la época— vuelve reinterpretado en cuero con estampado de pitón, capturando el dinamismo de una pieza pensada tanto para la ciudad como para noches que exigen presencia.
Lo que une a estos siete modelos no es solo su origen cronológico, sino una coherencia estética que revela la visión clara y consistente de la casa desde el primer día. Son piezas que, vistas hoy, no necesitan retoques para mantenerse relevantes. Cada una encapsula un valor esencial: carácter, originalidad, funcionalidad, belleza. Esta cápsula no sólo recuerda de dónde viene la firma, sino que también apunta hacia dónde puede ir sin perder autenticidad.
En lugar de aferrarse a la nostalgia, esta colección demuestra que el verdadero legado está en crear diseños que resisten el paso del tiempo. Más allá de las tendencias, The Archive 1997–2001 traza una línea clara entre pasado y presente, celebrando una identidad que sigue evolucionando, pero que no olvida su primer latido.


