Los espacios naturales de las Islas Baleares las convierten en un tesoro natural
Las Islas Baleares cuentan con una gran cantidad de espacios naturales protegidos ya que es importante conservar las características que las convierten en el paraíso del Mediterráneo. Su localización estratégica ha conseguido que tanto la flora como la fauna se pueda proteger de una forma consciente, crucial para su desarrollo. La Islas Baleares es uno de los lugares en el que cuidar la riqueza de la naturaleza es esencial. Proteger la flora y la fauna es importante tanto para asegurar un entorno sostenible y como para el desarrollo de las distintas especies.
Hay algunas zonas de las islas que tienen un gran valor medioambiental, lo que atrae cada año a visitantes provenientes de cualquier parte del mundo, queriendo visitar muchos de estos lugares.
En el Parque Natural de Ses Salines, situado en Ibiza y Formentera, cuenta con más de 14.000 hectáreas de biodiversidad. Sus aguas cobran una especial importancia ya que hacen que sea un lugar idóneo para practicar buceo. Grandes praderas de Posidonia oceanica cubren el suelo marino haciendo que su fondo se vea con claridad. Esta planta es exclusiva del mar Mediterráneo y hace de refugio para una gran cantidad de especies de animales. Limpia y oxigena el agua contribuyendo a que se mantenga la dinámica natural en el sistema de dunas. Esto hace que sea una planta con un valor ecológico.
Aquellos turistas que quieran visitar el parque podrán hacerlo a través de cualquiera de las dos islas y les permitirá ver estanques salinos y playas que no se pueden perder. En Ibiza se encuentran las playas de Es Cavallet, Es Codolar o Ses Salines; mientras que en Formentera están las playas de S’Espalmador, s’Estany Pudent y s’Estany des Peix.
En Mallorca se ubica la Serra de Tramuntana. De todos los espacios protegidos de las Islas Baleares, es el más extenso. Más de 62.000 hectáreas terrestres, casi 1.000 marinas y 90 kilómetros de montañas, demuestras que la mezcla de la naturaleza con la acción humana pueden crear un entorno donde el patrimonio, la cultura y la naturaleza son sus máximos exponentes. En 2011 se convirtió en Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Aquí se encuentran los picos más altos de las islas, entre ellos, Puig Major, cuya cima está a 1.445 metros de altitud. Esto hace que sean una protección natural de los fríos vientos provenientes del norte, además de ofrecer unas grandes vistas. En su interior se pueden encontrar arroyos, cascadas y manantiales que nacen de formaciones rocosas.
Por último, la Albufera des Grau, situada en Menorca, que es la más importante de la isla. 5.000 hectáreas acogen a numerosas especies tanto de animales como de vegetales. Al noroeste de Menorca, se encuentra este espacio protegido y fue uno de los principales motivos por el que la UNESCO ha otorgado el título de Reserva de la Biosfera a la isla. Es un lugar idóneo para aquellas personas que estén interesadas en las aves pues encontrarán especies como la garza, el cormorán o el águila pescadora.
También se puede visitar la zona habilitada de la zona. Desde allí se puede apreciar las playas vírgenes con aguas cristalinas, el litoral marítimo, los yacimientos romanos y las construcciones megalíticas cuyo valor no se puede calcular.
Desde 2016 las Islas Baleares apuestan por el cuidado del medio ambiente además de la promoción del turismo sostenible, el cuidado de patrimonio histórico y el apoyo a investigación científica gracias a la implementación del Impuesto de Turismo Sostenible. Todos estos espacios que cuentan con una gran belleza les han dado a las islas importantes reconocimientos a nivel mundial.