Monira Al Qadiri. Holy Quarter en el Guggenheim de Bilbao de 10 de marzo al 12 de junio
La primera exhibición de la galería de cine y video de 2022 en el Guggenheim de Bilbao llega de la mano de Moira Al Qadiri (1983), una artista Kuwaití nacida en Senegal y actualmente viviendo en Berlin. La obra estará disponible del 10 de marzo al 12 de junio.
Holy Quarter: un desafío al espectador
Haciendo uso de múltiples medios, en esta ocasión Moira Al Quadiri representa facetas inexploradas de la historia colonial, la cultura del petróleo y la formación de identidad en Oriente Medio. Siendo una región con una influencia geoestratégica íntimamente ligada a sus recursos naturales, los modos de vida locales han sufrido una transformación radical en un momento en el que el impacto de la industria en los ecosistemas del planeta se ha acelerado notablemente.
En sus paisajes desérticos de arena, que registran las temperaturas más altas del globo, la artista encuentra narrativas potenciales que nos proyectan simultáneamente hacia un pasado prehistórico y hacia un cada vez menos futuro hipotético del sobrecalentamiento global y desertificación.
¿Qué inspiró Holy Quarter?
Utilizando el sonido como hilo conductor, Holy Quarter se basa en la historia del explorador inglés Harry St. John Philby, quien cruzó el desierto árabe en la década de los años 30 buscando la mítica ciudad perdida de Ubar, También llamada la «Atlantis de las arenas». Según El Corán fue destruida por una ira divina en el pasado. En su lugar, Harry St. John Philby encontró los restos de uno de los impactos meteóricos visibles más importantes de nuestro planeta.
Hoy en día aún se pueden encontrar restos minerales del impacto al rededor del cráter Wabar, quien Philby confundió con un volcán en un principio. Moira Al Qadiri ve estas piedras como reminiscencias de perlas negras. Para ella son emisarias de un espíritu cósmico colectivo.
La representación de Monira Al Qadiri
Una voz grave y lenta representando el «Espíritu del Cráter» acompaña las imágenes que se materializan en el espacio de exhibición en una colección de impresionantes esculturas. Las iridiscentes piezas de cristal soplado, delicadas y masivas al mismo tiempo, nos recuerdan tanto a perlas como a gotas enormes de petróleo crudo.
La profundidad de los planos aéreos es solo comparable a la de la banda sonora, compuesta por la hermana y frecuente colaboradora de la artista Fatima Al Qadiri. En la película, las piedras hablan en primera persona para contar la historia de su llegada a nuestro planeta, y nos expresan su consternación por los inminentes catástrofes que tendrán lugar en un futuro/presente inmediato.
En una especie de sueño que atraviesa el tiempo y el espacio, Monira Al Qadiri confronta al espectador con ideas más allá de las de la modernidad y el colonialismo occidentales, creando una obra intermedia que en su uso del lenguaje poético, la imagen y la creación musical aborda problemas que existen a escala mundial.
