Un detallado viaje por Palestina y su tradición gastronómica se archivan entre páginas y fotografías para España
Si hay algo por lo que se conoce a Palestina es, por desgracia por su conflicto armado aún sin resolver contra Israel. Como tal, parece como si su cultura estuviese dividida entre aquellos que decidieron quedarse en el país del Mediterráneo y los que decidieron irse para encontrar un lugar mejor. Fuera como fuese, ambas tienen un origen común: una tierra de paisajes inéditos, costumbres arraigadas y alimentos que ocultan historias.
Por su paso por las grandes ciudades palestinas, Sami Tamimi y Tara Wigley desentrañaron esas historias con cucharas, tenedores y cuchillos, se sumergieron en una cultura a la que no estamos acostumbrados a presenciar para deleitarse con los ricos manjares de los que les proveían para dejarlos impregnados tanto en sus memorias como en las páginas de Falastin.
Arcanas recetas
Con el nombre de un periódico del país, el libro recoge una gran colección de fotografías de su viaje culinario por las calles de Belén, Jerusalem, Nablus, Akka, Nazaret, Galilea y Cisjordania. Rodeado de platos regionales, lugares en los que habitaban distintas culturas, las historias nos cuentan: la oleada de sabor a pollo y zumaque que te da el mussakhkhan al morderlo, la textura casi tuareg del cordero del mansaf o el revoltijo de colores especiados en las profundidades de un fattoush.
Increíble que un país tan pequeño albergue un tesoro como este y que lo guarda con recelo para aquel que quiera ver más que lo que se ve a la distancia. Sus sartenes y cacerolas humean igual que las del resto y Falastin ha querido mostrar lo que hay en el interior. Salamandra como editorial y la curiosidad como compañera, nos señalan que el libro ya está en España.