Esteban Toro y la fotografía documental de viajes

Ha viajado a más de cuarenta países, es embajador de Sony y colaborador de Getty Images y Adobe Lightroom. Su nombre es Esteban Toro, un fotógrafo colombiano que utiliza la fotografía como excusa para recorrer el mundo y conocer su infinidad de culturas. También es profesor, dirige cursos, expediciones fotográficas e imparte conferencias por todo el mundo. Toda esta pasión, le convirtió en un nominador internacional de Talento Global de World Press Photo y en un gran referente en el mundo de la fotografía latinoamericana. 

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Dos niños participan en un ritual matutino en Myanmar

Para comenzar, de una manera muy breve ¿Cómo te definirías? Tanto como fotógrafo, como persona.

Me considero un explorador. Me gusta asumir riesgos y soñar en grande. La curiosidad me ha llevado a explorar fronteras y lugares por los que siento una atracción profunda a partir de diferentes motivaciones: estereotipos, la experiencia de alguien, lo que me imagino del lugar o una investigación exhaustiva de algún tema particular. Me gusta conectarme como ser humano con las personas. De hecho, siempre he pensado que la cámara es la herramienta que me ha permitido acercarme a la gente, algo que ya de por sí quería hacer, pero qué el ‘tomar fotos’ me facilitó.

¿Cómo fueron tus primeros pasos en el mundo de la fotografía?

Comencé haciendo fotografía de paisaje, tal vez, como muchos fotógrafos, porque me daba miedo o quizás pena, acercarme a las personas. Sin embargo, esa timidez fue desapareciendo a medida que iba viendo fotografías de retratos que me fascinaban y quería lograr resultados similares. En ese momento rompí el telón y descubrí formas en las que podía arrimarme a esas historias. De allí, la fotografía se comenzó a transformar en una forma de contar quiénes son esas personas, dónde viven, qué hacen e intentar que la imagen trascienda un poco más allá con la historia. Eso sí, siempre he tenido una preocupación estética por mis fotos: quiero que sean hermosas, que se defiendan por sí mismas, que funcionen como obra de arte, pero que, eventualmente, me den la posibilidad de compartir cómo me sentí al estar detrás del lente y al crear esas imágenes. 

¿Qué le recomendarías a los fotógrafos jóvenes que quieren dedicarse a la fotografía documental de viajes?

Un consejo que podría darle a las personas que quieran entrar en este mundo, es que lo hagan sin pretensiones. Diviértanse con la fotografía. No existe una necesidad de estarse comparando con los demás; la competencia es con uno mismo: ¿de qué soy capaz hoy y qué voy a lograr mañana? En la fotografía existe mucha competencia – muchas veces y tristemente desleal-, así que es importante hacerlo con pasión, pues en esos momentos de crisis, cuando los proyectos no salen bien, cuando aquellos que creías tus colegas/amigos te defraudan, o cuando no llegas donde esperabas llegar, vas a poder recordar que la raíz de lo que haces es que, en definitiva, amas lo que haces. Sí, sé que suena pesimista, pero en mi experiencia, es lo que me ha ayudado a salir de mis crisis creativas donde a veces -no por la fotografía misma- quisiera no volver a tomar la cámara entre las manos. 

Y bueno, aquí un consejo adicional: ¿quieres ser fotógrafo? Trata de que sean fotógrafos quienes te enseñan. Fotógrafos de oficio, personas que hagan fotografías que admires. La fotografía no se aprende sentado en un salón dando clases, la fotografía se aprende haciendo.

¿Cómo es el proceso de comunicación con las personas a las que fotografías?

Es una conexión de humano a humano. Sí, hay una cámara de por medio, pero primero me interesa saber quién es la persona que está frente a mí. Me conecto como persona. Le hablo, le hago reír, o simplemente me siento a compartir un momento íntimo al lado de esa persona. Te doy un ejemplo: una vez estaba en un desierto en la frontera entre Pakistán e India y me senté con un hombre rabari, a ver cómo lentamente su padre moría a sus pies. Suena muy trágico y doloroso, pero fue tranquilo, y allí estábamos los dos, sin decir una palabra -porque además no compartimos el mismo idioma, desafortunadamente- pero entendiendo y viviendo el momento juntos. Eventualmente hice una o dos fotos, nada más.

¿Cuál ha sido la fotografía más complicada de toda tu carrera como fotógrafo? ¿Y de la que te sientes más orgulloso?

Bueno, como seres humanos y artistas pienso que es normal enamorarse de vez en cuando de algunas de nuestras obras; a veces es un amor pasajero y a veces es un matrimonio más largo. En este caso, tengo una fotografía de Sudán del Sur que me tiene enloquecido desde que la vi en el visor de mi cámara. Fotografiar a los Mundari era un sueño que tenía desde hace varios años y la verdad es que parecía bastante complicado de lograr. Sin embargo, después de una de esas crisis sin fotografiar -gracias a la pandemia que nos dejó a todos encerrados meses en casa-, pude ir a Sudán a documentar el estilo de vida de los Mundari. En una tarde, esperando a que algo ocurriera frente a mi lente, uno de los niños que llamaba al ganado se sube al tronco de un árbol para revisar que todo el ganado ya esté en casa… ¿Para qué te hablo más de esta fotografía? ¡Mírala aquí y dime tú! 

¿Crees que en la vida de las personas es necesario viajar? ¿Puede que nos haga mejores personas?

Te puedo hablar de que para mí es necesario viajar. Cuando paso mucho tiempo sin hacerlo me genera ansiedad, me siento estancado creativamente. Me he abierto a conocer más formas de entender el mundo y eso me ha convertido en una persona menos prejuiciosa con diferencia. Pero esta ha sido mi experiencia, ¿Se la debo a los viajes? Seguro, pero también a todas las personas con quienes he tenido la fortuna de compartir, debatir y vivir. ¿Se puede lograr esto desde la localidad de nuestras comunidades? ¡Claro que sí! A veces no se necesita mirar más lejos sino mirar más profundo. 

En cuanto al futuro de la fotografía ¿Crees que los teléfonos móviles sustituirán a las cámaras?

El tamaño físico del sensor es importante para mi trabajo, a menos que a un móvil le colocaran un sensor FullFrame, no lo cambiaría. Es más, este es el momento en que no tomo ninguna fotografía con mi teléfono, bueno, más allá de una que otra selfie o un video para historias en redes sociales; lo demás, siempre con cámara.

Para terminar, ¿podrías recomendar a los lectores tres fotógrafos o fotógrafas?

Diana Rey Melo, una increíble y talentosa fotógrafa colombiana. Mihaela Noroc y su proyecto de ‘Atlas of Beauty’, un increíble trabajo de storytelling con una preciosa estética de retrato. Jean-Paul Bourdier, un excelente artista con un manejo del color fenomenal.