Entrevista a Gergei Erdei

Persiguiendo la Belleza

Gergei Erdei

La capacidad para soñar de Gergei Erdei no ha menguado un ápice. Si en su infancia fantaseaba con la belleza
de castillos, palacios y objetos vetustos, plasmados en infinitos dibujos que ocupaban la mayor parte de su tiempo, ahora materializa esas ensoñaciones en objetos de deseo. Este artista de 29 años, natural de Budapest, ha convertido su firma de decoración epónima en una de las más codiciadas y celebradas del sector a nivel global. Cojines, bandejas, manteles o vasijas producto de una amalgama de inspiraciones que van desde la antigua Roma hasta la década de los setenta, sin perder de vista el espíritu contemporáneo. “Realmente no diseño para encajar en ninguna tendencia o dirigirme a un cliente específico. Mi mentalidad es que, si alguien lo quiere, puede usarlo”, cuenta el interiorista, formado en la prestigiosa London College of Fashion, desde su estudio londinense a White Paper By. 

Tras renunciar a su trabajo en el Gucci de Alessandro Michele para dar rienda suelta a su creatividad, el joven anticipa una ambiciosa apuesta por hacer de su sofisticada y audaz firma una empresa de estilo de vida capaz de vestir cada rincón del hogar. Con una proyección meteórica y el diseño como máxima. “No hay que retroceder tanto en el tiempo para toparnos con una época en la que los consumidores le prestaban más atención al diseño”, sostiene, desvelando a su vez la pregunta que trata de contestar con su obra: “Si pudimos hacerlo entonces, ¿por qué no podemos hacerlo ahora?” 

Gergei Erdei
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¿Cuándo supiste que querías dedicarte al diseño?

Siempre he sentido atracción por las cosas especiales y difíciles de conseguir. Disfruto de esa cacería de ver algo en una tienda, tratar de encontrarlo en otro sitio más barato, acudir a un mercadillo, a un anticuario… Por eso quiero hacer soñar a la gente con cosas que deseen por su belleza, porque tengan una historia detrás, aunque ni siquiera las necesiten. Tengo cosas que no necesito, pero soy feliz teniéndolas. Suena materialista, pero no tienen por qué ser cosas caras, es solo esa sensación de querer tener algo bello, antiguo, con legado.

Tu estilo se inspira en las antigüedades. ¿Qué te da el pasado que no te dé el presente?

Siempre me han obsesionado cómo fueron hechas las cosas, los detalles detrás de una cuchara, de un reloj viejo… De las cosas que ahora nadie hace porque, aunque quisiera, ese conocimiento ha desaparecido. Aunque en países como España o Italia todavía existe tradición artesanal, lo que se diseña ahora tiene en cuenta la funcionalidad, las ventas y el precio, pero no la belleza.

Gergei Erdei

Dices en tu Instagram que tratas de llevar la alegría de vivir de setenta a nuestras casas. ¿Cómo definirías ese espíritu?

Lo que me gusta de esa época es que la gente era capaz de experimentar con los colores, los diseños, las texturas, la moda, la arquitectura… Eso generaba felicidad. En Londres hoy puedes encontrarte con gente que viste de manera muy diferente e inspiradora, y nadie les va a decir nada, pero en Budapest todo es negro o gris. Un día me topé en la calle con un tío que llevaba un traje de color rosa chillón y lo primero que me pregunté es cómo iba a conseguir seguir vivo, y sin que nadie le tirara nada, en los siguientes cinco minutos. Deberíamos ser libres para llevar lo que queramos.

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Texto : Carlos Megía. Fotografía: @pannadonka