Entrevista a Eduardo Barba

“Sembrar una semilla, cuidar esa planta es un viaje sensorial y emocional sin parangón”

El autor de El jardín del Prado, el jardinero, paisajista y divulgador Eduardo Barba, explica en esta entrevista por qué es importante interesarse por las plantas, conocerlas y aprender a cuidarlas desde pequeños. Spoiler: “serán más felices de adultos”

Eduardo Barba es jardinero y paisajista y lo es desde niño, desde que acompañaba a su madre al mercado y se distraía mirando hacia arriba, hacia los balcones de las casas, fijándose en los que tenían plantas y en los que no.

En ocasiones, en vez de mirar hacia arriba miraba hacia abajo para descubrir con regocijo algunos de los tesoros que caían de esos balcones floridos: tallos desgarrados, hojas desprendidas… Creció, pero esa querencia siguió intacta o quizá agudizada hasta convertirla en su profesión.

Ahora crea jardines y paisajes y enseña cómo hacerlos crecer y no solo a sus alumnos sino a todo aquel que quiera y se acerque a sus libros. En ellos, así como en sus conferencias y otras publicaciones, lleva a cabo una entusiasta labor de divulgación: se ha convertido en ese guía, en ese maestro o en la madre que señala, explica y ve flores y plantas escondidas donde los demás vemos otras cosas. Cuadros por ejemplo. Hace un par de años injertó su amor por el arte con su amor por la jardinería y el fruto fue un libro que acaba de llegar a su octava edición: El jardín del Prado, se titula, y lo publicó Espasa.

 

Eduardo Barba

El propósito de este libro era hacer una visita guiada por el Museo del Prado de la mano de Eduardo Barba para que este señalase lo que no solemos ver: las plantas, flores o detalles botánicos que muestran las obras de arte identificando cada especie.

Y algo más: la selección atendería también al criterio de que todas las plantas seleccionadas en este libro pudieran crecer en una maceta colocada en un pequeño balcón o ventana de nuestras casas. De este modo, permitiría y alentaría la posibilidad de llevarse una parte viva de un cuadro del Prado a casa. De esta hermosura de proyecto, de su vocación, de lo que enseñan las plantas y de por qué es importante enseñar y aprender sobre ellas charlamos con él.

 

En El jardín del Prado explica cómo, de niño, pensaba que en las casas con flores se podía conectar más fácilmente con sus habitantes. ¿Lo ha corroborado con el tiempo, ya de adulto?

Sí, pienso que aquellas personas a las que les gustan las plantas van a tener más cosas en común conmigo. De entrada, vamos a poder compartir un amor por el cuidado de estas maravillosas creaciones de la naturaleza. Es como si te gusta leer y entras en una casa llena de libros: allí sientes que estás en un lugar más afín a ti.

¿La gente que se interesa por las plantas, que cultiva, es distinta?

No en lo que respecta a los buenos valores que una persona debiera atesorar. Pero hay uno, que me parece básico, y que los amantes de las plantas solemos tener: respeto y compasión por otros seres vivos. Quizás una persona que cuide de sus plantas se podría suponer que será más cuidadosa, más detallista, que tendrá más paciencia, que será más sensible… pero todas son cualidades que cualquiera debiera tener, te gusten o no las plantas.

Eduardo Barba