Entrevista a Brigitte Laverne: la revolución de la música electrónica indie
Entrevista a Brigitte Laverne: cantante revelación de la música indie electrónica. Con su estilo ochentero, ha viajado a países como Japón, Brasil y Francia llamando la atención allá donde pasaba. Su nuevo álbum «Luna Nueva» nos muestra una nueva versión de ella
Ya has estado en Japón, Sao Paulo y Paris… ¿Con qué te quedas de toda esta vuelta por el mundo?
Cada viaje ha sido diferente. Grabamos el primer EP en París, que queda más cerca de casa, pero cuando viajas a Sao Paulo o Tokio es evidente que es una cultura muy diferente y te curiosamente te impregnas de ella. A mí me llegó a inspirar hasta un plato de comida.
Ahora estoy más acostumbrada a grabar en España. Tengo mi estudio en casa aquí en Barcelona y es más cómodo, pero lo echo un poco de menos. Cuando Red Bull me daba 10 días para grabar, me forzaba a organizarme en esos días 10. Evidentemente me llevo un montón de recuerdos increíbles y sonidos nuevos que incorporé en el último momento por la propia inspiración que me dio cada una de sus ciudades.
¿Por qué decidiste que tu nombre artístico fuese Brigitte Laverne? ¿De dónde sale este nombre?
Brigitte es un nombre francés muy clásico. Es como llamarse María. Y mi abuelo, que es francés, siempre me decía que la forma en la que me maquillaba los ojos y los peinados que llevaba cuando era más joven siempre se parecían a los de una actriz de mi época. Me llamaba Brigitte Bardot, y al final se me quedó.
Laverne es la universidad donde se estudia Literatura Comparada. Yo acabé haciendo filología inglesa, pero durante mucho tiempo tuve ese nombre en la cabeza y me gusta. Es un nombre que puede ser de cualquier lado del mundo. No sé en qué momento me senté y junté esas dos palabras, pero sí que sé que la primera vez que pasó por mi cabeza, pues me sonó bien.
Haces synthpop y el synth es un sonido bastante característico. ¿Qué haces para que suene también?
Tengo muchas influencias. De grupos de los 80s y de antes. Toda esta movida en Alemania con Kraftware y el boom de los synthwares hizo que se popularizasen mucho. Yo trabajo con Logic. Tengo mi Synthware físico, pero también me gusta experimentar con otros synthes. Hay uno que se llama el JUNO que es con el que grabo todos mis discos. Tiene muchos años, pero a día de hoy sigue sonando bien. Incluso grupos como The Weekend lo siguen utilizando. Creo las melodías y poco más. El sintetizador es un instrumento muy agradecido en lo que se refiere a trabajar con él. Suena bien de por sí.
¿A la hora de hacer los álbumes tienes planeado más o menos lo que vas a hacer o vas experimentando?
Cada disco ha sido un poco diferente al resto. Los dos EPs, el primero y el que acabo de sacar, han sido una recopilación de singles que he ido sacando sin idea de realizar un disco entero.
En cambio, en los dos discos de en medio, Wasted y Disco China, hay una sonoridad parecida y existe un orden de canciones con un sentido. Aquí sí que había un trabajo previo. Por ejemplo, en Disco China puse la canción más cañera la primera y después se escuchan dos canciones tranquilas.
¿Qué has querido transmitirnos en tu nuevo álbum «Luna Nueva»?
Luna Nueva es un nuevo comienzo. Cuando la luna empieza con esta fase, se dice que es el momento para empezar con algo nuevo, de hacer limpieza y dejar atrás lo que no nos sirve. Y no es que no me sirva lo que he estado haciendo hasta ahora, pero he evolucionado. Incluso la música que escucho ahora no es la misma que escuchaba hace tres años con Disco China.
Para mí Luna Nueva es esa evolución. Acercarme a ese momento vital en el que hay unas vivencias que me llevan a escribir lo que escribo.
En “Mala Copa” dices que hoy te quedas contigo, que la gente está por dentro o que te irás al baño a llorar… ¿De dónde viene esta perspectiva de dónde sale?
“Mala Copa” es una expresión que se dice cuando sales una noche y la última copa de alcohol te sienta mal. En la canción, quería cantar desde el punto de vista emocional. Cuando a veces retenemos frustraciones incluso tristeza… toda esta fachada que a veces nos ponemos… Como digo en la canción, estar mal no queda nada bien. A veces no queremos aburrir a la gente con nuestros problemas hasta que acabas en un estado más ebrio y ahí te sale y te vas al baño a llorar.
Estás pasando por un momento difícil, sobre todo por cosas relacionadas con el amor, que al final es lo que me mueve más. Y luego sales y sale todo. Me parecía que es algo que he vivido en mi vida, no tanto conmigo misma, sino con mi alrededor. Somos mucha gente y todos tenemos nuestras vivencias. Cada vez salgo menos y quería hacer una oda, sobre esos años en los que salía a beber, a crear piña con los demás.
Y sin embargo, tienes «Lo Siento», que se ve que está muy inspirada por ritmos latinos.
Me gusta mucho la música latina. Escucho de todo, pero la música latina está muy arriba en mis playlists. Me encanta la salsa, me gusta el reggaetón, la bachata y cualquier ritmo cumbiero. Es música que me pone de buen humor. Y yo no me escondo. Es un tipo de música que escucho. Lo tenía pendiente y me ha costado, porque era algo nuevo para mí y desde lo que pasó por la pandemia, he cambiado mucho la forma de ver la vida.
Ahora hago lo que me apetece. No creo que tenga que contentar a nadie más allá de mí y eso es lo que estoy haciendo. Disfrutar del proceso de la música sin seguir ninguna línea en concreto. También puedo estar con contratos y sponsors. Ahora estoy en Ground Control, que es una agencia que me da libertad absoluta con la que estoy muy a gusto y creo que ahora está todo en su sitio, no como que ya ha encajado toda mi carrera y experiencia con lo que quiero hacer.
Antes me obsesionaba con tener un sonido específico y no salirme de esas líneas. Sentía más presión.
Te comparan de vez en cuando con el synthpop de los 80. ¿Cuáles son tus influencias de esta década?
«The Cure», «Depeche Mode», «Blondie»… Todos los grupos de los 80s me gustan bastante. También te digo que hay muchos grupos más modernos que me han influenciado. La banda sonora de «Drive» de «College & Electric Youth», que salió en 2010 y, en general, todos estos grupos de «Italians Do it Better».
Es verdad que durante toda mi infancia estuve rodeada de música de los 80, pero a mí lo que me me inspiró a hacer música fue la banda sonora de Drive. Está inspirada en música de los 80, pero me marcó más porque hicieron una versión más moderna. Y me siento más cercana a este estilo que no tanto los 80s que era todo a lo grande, con muchos instrumentos, demasiado a veces para mí.
¿Escribes para alguien en concreto? ¿Tienes un target?
No. Me parecería muy difícil hacerlo porque no sabría ni por donde empezar. No veo la música como un producto que vender. Es mi momento de disfrutar, de sacar lo que tengo dentro, de canalizar y sobre todo de pasarlo bien. Hago lo que me apetece hacer en ese momento. Jamás he pensado en ponerme a escribir pensando qué le gustaría a los adolescentes o escribir pop español desenfadado o reggaetón con acordes mayores para estar en lo más alto. Jamás he pensado así.
Evidentemente, sé que mi música abarca una escena en concreto. Es música alternativa al fin y al cabo, y cuando toco en festivales veo a muchos grupos que ya he visto en otros. Y reconozco que estos grupos y yo tenemos algo en común. A veces cuesta encontrar ese factor, pero lo tenemos. En mi caso, no escribo especificaciones para nadie. Creo que no sabría, o quizá sí, pero no me sentiría nada identificada.
¿Qué visión tienes tú de la escena de la música a día de hoy?
Lo que más me gusta de los últimos 5 años es que hay mucha apertura. Antes se juzgaba el hecho de escuchar reggaetón. Recuerdo que cuando estaba en el Primavera Sound en 2009, escuchar ciertos grupos te hacían cool y otros no. Por ejemplo, la música en español era bastante cutre. De hecho, el slogan del Primavera Sound era «la nueva normalidad».
De repente, no sé cómo ha pasado, pero está bien escuchar lo que te dé la gana y me encanta que gente que no quería escuchar a hablar de reggaeton ahora puedan abrir un poco la mente. Decir «no me gusta, pero lo respeto» y que no te juzgan por ello.
Creo que en la escena de hoy en día cada uno escucha lo que le da la gana y es una sororidad musical que me encanta.
Ya llevas dos EP, ¿podemos esperar un LP o es una decisión consciente hacer los álbums cortos?
Ni yo misma lo sé. Me pongo a escribir cuando me apetece. Te puedo hacer dos canciones en una semana y luego estar cinco meses sin hacer nada porque para mí es algo que me nace de dentro. Depende del momento que esté viviendo.
No te voy a engañar. Me gustaría sobre todo porque la tendencia ha sido siempre escribir un intercalar EPs y LPs. Estoy en un buen momento, estoy inspirada, tengo fechas bastante buenas por España… Así que tiene sentido pensar en un LP pero lo mismo me apetece sacarlo ya, porque es verdad que un LP lleva mucho tiempo. Al final, es algo que que ya no está tanto en mis manos, sino en la combinación de cómo me siento yo con la industria.
Cambia muy rápido. Ahora lo que se lleva es que se están sacando singles y álbumes los jueves a las 23:59. Hay más EPs que LPs y hay que estar al día. Tampoco voy a hacer nada que no se venda.
