Ubicada en los días de la toma de Kabul por los talibanes y la posterior evacuación, la tercera temporada de la serie de Movistar +, creada por Dani de la Torre y Alberto Marini, es un asfixiante paseo por el caos vivido el pasado agosto de 2021 en Afganistán.
Con el conflicto a punto de explotar y sin poder policial alguno, Miriam (Marian Álvarez) y su compañera Nawja (Fariba Sheikhan) caen bajo las manos de los terroristas y deberán luchar por su vida. Lo mismo sucede con su compañero Marcos (Michel Noher), ya que logra huir, pero no escapar del desastre: el camino de la supervivencia le llevará a atravesar el desierto afgano sin casi ninguna ayuda. Quizás su última esperanza sea Carla (Nathalie Poza) quien, a pesar de haber dejado la Policía, se trasladará al lugar para ayudar a su equipo.
¿Cómo se afronta una tercera temporada?
Michel Noher MN: Con mucha alegría. Jamás imaginamos que iba a existir una tercera. Fue bastante triste después de haber atravesado tantas cosas juntos. Pero el reencontrarnos es genial y el poder contar una historia tan importante. Temporada a temporada, Dani y Beto han aportado más. Y con esta el salto ha sido como de voltereta en el aire.
Fariba Sheikhan FS: Ligeramente distinto porque es una situación difícil la que vivimos. Los personajes se viven de otra manera y salen a relucir otras partes de los personajes. Lo van a vivir todo más desde dentro.
¿Afecta rodar escenas tan duras?
Nathalie Poza NP: No es nada doloroso comparado con lo que viven otras personas. Mismamente todas la mujeres y niñas afganas mientras mantenemos esta conversación. A mi me ha parecido un privilegio y una responsabilidad óptima el poder visibilizar una realidad que a todos nos genera impotencia. Desde nuestra atalaya, que es este oficio, el poder dar voz a estos conflictos a través de una muy buena ficción, como es la tercera entrega. Vamos a ver escenarios que existen y que es difícil mostrar en los medios de comunicación. Es importante que abramos la mirada para saber por qué las personas cruzan en masa nuestras fronteras.
FS: El sufrimiento también está en la diversión y yo procuro siempre, a pesar de la escena, disfrutar también de ello. Para mí es un goce. Este trabajo permite indagar y viajar a lugares distintos.
MA: Sí es cierto que el que el personaje sufra no quiere decir que el actor sufra, pero hay momentos en los que evidentemente sufres. En mi caso, hay una escena en la que… ese día se pasó muy mal. Se vuelve todo muy plomizo, pero no solo en el equipo artístico, también en el técnico. No es fácil para nadie y luego se queda algo de tristeza.
Michel, tu personaje está solo durante casi toda la historia ¿También fue así en el rodaje?
Carla y Marcos tienen una hija esperando en casa. ¿Qué es lo que les empuja a seguir con el trabajo?
MN: No es solo pese a, sino además de. De ahí la necesidad de luchar. Uno quiere dejar un espacio mejor a sus hijos. Ese también es el impulso de Marcos, y en ese recorrido se da cuenta de que tiene otro hijo.
Marián ¿Cómo fue la escena en la que llevas el burka completo?
MA: Fatal, es horroroso. Venía de una escena con la mujer afgana, que me lo quiso poner porque ella sabía. Y lloraba porque se acordaba de ella en Afganistán. Me preguntaba que si podía respirar. El hecho de trabajar con personas que han vivido todo eso en primera persona te traslada. Conectamos con estas cosas que luego le dan realidad a la serie.
¿Solo rodasteis en Almería?
NP: A mí me recluyeron a Madrid. Yo quería ser actriz para viajar y aquí estoy. Pero ellos si estuvieron en Almería con una doble vida: primero el rodaje y luego se lo pasaban muy bien. En mi parte recrearon el aeropuerto. Cada uno teníamos nuestro escenario. Me pidieron caminar hacia el embajador entre figurantes, muchos refugiados. Solamente al caminar el texto daba un poco igual, lo es todo el escenario.
MA: Yo sí fui a Afganistán. Mola mucho viajar a sitios donde uno nunca iría de turismo. Llevábamos una escolta, pero no sentí miedo en ningún momento.
FS: Yo rodé en Almería y teniendo en cuenta que tengo alergia al polvo, me tomo un antihistamínico y se acabo. Pero más que polvo, era humedad y calor. Aun así, lo disfrutamos muchísimo, es un flipé al ser un escenario tan realista.