Por Ana Pérez
Bretaña, la región noroeste de Francia, es un lugar de maravillas históricas y naturaleza exuberante. En su corazón, oculto entre bosques frondosos y paisajes idílicos, se alza majestuoso el Castillo Le Brossay. Un tesoro arquitectónico, este castillo se erige como un monumento a la grandeza y la dedicación de aquellos que lo construyeron, los Du Halgouët.
El Coronel Maurice du Halgouët, un nombre que resonaría en los anales de la historia local, fue el visionario detrás de esta obra maestra. Tras una carrera militar excepcionalmente exitosa, el Coronel tomó una decisión audaz y valiente: renunciar a su carrera para dedicarse por completo al desarrollo de la región de Redon.
El castillo se erige como uno de los logros arquitectónicos más notables de la región. Su diseño meticuloso y su elección de materiales nobles se combinan para crear una obra maestra que aún hoy asombra a quienes tienen el privilegio de visitarlo.
Ha conservado con amor sus elementos históricos, que han sido restaurados con el toque de artesanos expertos. Los suelos de parquet, la carpintería finamente elaborada, la artesanía en piedra y las impresionantes chimeneas son testigos del esmero y la pasión que se invirtieron en cada detalle. Clasificado como Monumento Histórico de Francia, esta joya arquitectónica se encuentra cerca de las encantadoras localidades de Redon y La Gacilly.
Lo rodea un paisaje de ensueño, con numerosos senderos para caminatas, ciclismo y equitación, que ofrecen una experiencia de la naturaleza en su máxima expresión. Este fabuloso alojamiento no es solo es un punto de partida para explorar la naturaleza circundante; también se encuentra en proximidad a una gran cantidad de sitios turísticos que enriquecerán tu visita.
A poca distancia del castillo, se encuentra el sitio de la Batalla de Ballon, un lugar histórico que evoca los eventos que ocurrieron en esta tierra. La Île aux Pies, conocida por su belleza natural y sus senderos para caminatas, te invita a explorar sus rincones serenos. La granja de Carentoir ofrece una visión auténtica de la vida rural en Bretaña. El sitio megalítico de St. Just te transportará a la antigüedad, mientras que el pantano de Gannedel es un paraíso para los amantes de la naturaleza.
PULSA AQUÍ para acceder al artículo completo