El arte de la composición. Entrevista a Silvia Coca
Silvia Coca estudió medios en Goldsmiths, una universidad londinense. Se ha especializado en fotografía y cine y actualmente trabaja de forma independiente. Los tonos y colores que emplea en sus composiciones son de lo más originales al igual que sus producciones cinematográficas.
Eres artista, ¿Cómo empezaste con tu arte y la fotografía?
Mi madre siempre ha hecho fotos y llevado su cámara a todas partes así que supongo que mi curiosidad por el medio empieza ahí, cuando de vez en cuando le cojo la cámara y jugueteo con ella, imagino que un poco por copiarla. Más adelante heredo una cámara que ella ya no usaba y empiezo a hacer fotos más compulsivamente, un poco a todos y a todo. De regalo por mi primera comunión pedí una cámara de video, eso sí que lo recuerdo, la sigo teniendo y la utilizo de vez en cuando.
Llevas un tiempo en el mundo del arte, ¿Desde el principio supiste que querías dedicarte a ello?
Lo sabía pero no sé si me atrevía del todo a expresarlo con convicción… En mi casa el arte siempre se ha consumido y valorado mucho, pero también se ha hablado con frecuencia de la dificultad de hacerse un hueco en ese mundo y de poder vivir de ello.
¿Cuál es tu filosofía?
Ninguna de las respuestas que se me han ocurrido para esta pregunta me han convencido… Digamos que aún la estoy buscando y que mientras tanto me esfuerzo por hacer las cosas lo mejor que puedo. Algo simple en lo que pienso mucho últimamente es en la importancia de perderle el miedo a arriesgar, ya que considero que pase lo que pase siempre se da un resultado transformador. Esto es algo muy fácil de decir y no tan fácil de hacer, por supuesto.
¿En qué te inspiras para llevar a cabo tus fotografías?
Últimamente donde más inspiración encuentro es en la literatura – leer me obliga a imaginar visualmente de una forma subjetiva y personal que me resulta muy gratificante, sobretodo después de haber pasado todo el día frente a múltiples pantallas. En general diría que observo todo muy intensamente, me gusta sobretodo fijarme en los objetos cotidianos que hay a mi alrededor y ahora mismo mi sitio favorito para pensar es el metro.
La naturaleza y sus diferentes formas es otra cosa que también me gusta mucho, en concreto las flores, a las que hago muchas fotos porque me es imposible ver una sin que me nazca ese impulso, me parece que tienen una belleza infinita. Algo que también ocurre a veces es que siento que una foto plasma muy bien como me sentía cuando la hice, o el momento vital en el que me encontraba, pero de esto siempre me doy cuenta después, cuando la foto ya está hecha.
¿Qué tipo de materiales utilizas? ¿Qué programas utilizas para la edición de las fotografías?
En la fotografía analógica me gusta mucho experimentar con carretes caducados que compro por ebay – esto es algo que puede darte un resultado maravilloso pero también salirte fatal, no hay forma de saberlo y siempre te la juegas un poco, creo que por eso me gusta. Últimamente también estoy jugando mucho a crear composiciones imprimiendo y escaneando fotos que he hecho, las combino con otros objetos y exploro como interactúan entre sí. Para la edición de fotografías utilizo Photoshop, aunque si son analógicas prefiero no retocarlas.
¿Has expuesto en alguna galería? Si no es así, ¿Te gustaría exponer tus obras?
He expuesto en unas cuantas exposiciones colectivas pero nunca en solitario, y sí que se trata de algo que cada vez tengo más ganas de hacer – sobretodo por la parte que implica el revelado impresión y enmarcado de las fotos, verlas en papel, decidir su orden… algo que me gusta mucho es crear series de fotos y que juntas generen una pequeña narrativa.
El próximo mes de Julio voy a participar en una exposición colectiva en el CCCC (Centre del Carme Cultura Contemporània) un museo precioso en Valencia, se trata de una exposición multidisciplinar para la que estoy realizando una serie de proyecciones que irán acompañadas de música y sonidos.
Grabas y editas videos musicales y tienes varios de ellos en tu página de Silvia Coca, ¿En qué momento empezaste con la producción de estos vídeos? ¿Es algo que has querido hacer siempre?
Empiezo a hacer videoclips hace unos años gracias a un video muy casero que hice de un viaje, la amiga de una amiga lo vio y me propuso colaborar en su proyecto musical. Después de ese vienen más y así poco a poco.
La música para mí es algo fundamental en mi día a día, así que poder trabajar con ella siempre me parecerá una suerte, sobretodo cuando implica a artistas a los que admiro enormemente. De pequeña tenía un canal de youtube al que subía “videoclips falsos” de canciones que me gustaban en ese momento, eran montajes que hacía con videos de mi misma, de mis amigas u otras cosas que grababa por la calle, así que me hace especial ilusión que hoy por hoy hacer videoclips “reales” sea una parte de mi trabajo.
Sobre el proceso de creación de tus obras, ¿Qué tiempo puedes llegar a dedicarle?
Depende mucho del proyecto. Por lo general, cuando el trabajo es en colaboración con otras personas siempre hay una fecha límite en la que el proyecto tiene que estar terminado, por lo que suelo trabajar alrededor de ésta última.
Si tengo que ser sincera, aunque muchas veces las fechas límite son frustrantes porque uno siente que con más tiempo podría hacerlo mejor, otras veces son necesarias, creo que la adrenalina que generan puede potenciar la inspiración.
También siento que sin fechas limites muchas veces no sabría salir de la espiral de los cambios y del “podría estar mejor”.
De todos los proyectos que has hecho, ¿Cuál es el que más tiempo te ha llevado y cuál dirías que es el más complicado?
Diría que los más complicados, o a los que más vueltas siento que les he dado, han sido los que realicé durante el confinamiento del año pasado – hubo dos videoclips en concreto que hice con material que las dos artistas me mandaban desde su casa, grabándose a si mismas, una en Galicia y la otra en Barcelona, parecía una locura al principio pero siento que gracias a hacer estos videos de una forma tan poco convencional el resultado fue mejor o por lo menos más interesante, tuve que improvisar muchas cosas y esto terminó jugando a mi favor.
