Cuando la alta perfumería se une a la alta joyería

Por Carmen Lanchares

Guerlain eleva la magia del regalo a una experiencia para sibaritas, creando, en colaboración con la diseñadora de joyas Begüm Khan, verdaderas piezas de arte destinadas a convertirse en codiciados objetos de deseo.

Si un perfume Guerlain es per se una composición olfativa excepcional elevada a la categoría de arte, cuando este legado y savoir faire de la firma francesa se une, como viene siendo ya habitual, a la creatividad de un artista, la suma de talentos hace del resultado una obra maestra. Y de esto trata la última colaboración de la maison con la joyera turca Begüm Khan: hacer de la Navidad y la magia del regalo una experiencia mucho más especial, consiguiendo que objetos ya exquisitos, como el icónico frasco de las abejas, la colección L’Art & la Matière o la carcasa de Rouge G, se conviertan en piezas extraordinarias.

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La diseñadora de joyas, cuya inspiración bebe de las fuentes de la naturaleza y de la opulencia oriental, es conocida por su emblemático bestiario: piezas artesanales de materiales preciosos con formas de animales como escarabajos, ranas, insectos o tortugas. Un peculiar mundo de fantasía dotado del espíritu de los talismanes y cuyo particular enfoque la artista ha trasladado también en esta ocasión a la abeja, símbolo de Guerlain.

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Algo más que un frasco

Detrás de las creaciones de Guerlain siempre hay una gran historia. Algunas, incluso, trascienden al universo de la perfumería y forman parte de la historia. Es el caso del famoso frasco de las abejas, uno de los pilares del legado de la firma, que fue diseñado en 1853 para albergar el Eau de Cologne Impériale creado para la emperatriz Eugenia de Montijo con motivo de su boda con Napoleón III. The bee bottle, cómo se le conoce, poseía dos elementos distintivos, un festón inspirado en la columna de la Plaza Vendôme y 69 abejas -animal símbolo del Imperio-, pintados con oro y a mano para la ocasión. Desde entonces, este frasco, elaborado desde sus orígenes por la cristalería Pochet & du Courval, ha ido consolidando su valor icónico a través de sus continuas reinvenciones y ediciones limitadas, sin perder su esencia, que lo han convertido en un valioso emblema de Guerlain y un símbolo artesanal entre tradición y modernidad. 

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