
Yohji Yamamoto vuelve a colaborar con Adidas en un nuevo modelo de deportivas avant-garde, el Y-3 GENDO, que aúna todas las características de ambas marcas para un producto que buscar ser el epítome de las cualidades de estas dos compañías.
El nuevo modelo Y-3 GENDO es una zapatilla progresiva que combina los reconocibles diseños del japonés Yohji Yamamoto con las icónicas zapatillas de Superstar de Adidas. Destaca, en parte, por una contribución de estos últimos: la placa hecha a partir de poliuretano termoplástico, la cual nació gracias a su equipo de innovación.

El resultado es una pieza expresiva a la par que dinámica. El diseñador nipón aporta su visión más expresiva de la moda, jugando con aspectos como el espacio negativo, la elevación, la silueta progresiva, el cuero de calidad y su firma en la pieza. Por su parte, los elementos de Adidas proporcionan equilibrio a los productos, con sus elementos estéticos más relevantes, como las tres barras y el espíritu de la calle contemporánea en Europa y América.
Es el más reciente trabajo del Y-3, la alianza entre la marca y Yohji Yamamoto que comenzó en el año 2002. Sus trabajos desde entonces han destacado por la unión entre el singular estilo de Yamamoto con la modernidad occidental que ha definido la imagen de la popular multinacional.




Esta, su última colaboración, apareció por primera vez en las pasarelas en un desfile de Yamamoto en la que puso a prueba las mismas tesis acerca del diseño. A partir del sábado 21 de octubre, el gran público podrá opinar por sí mismo, puesto que las Y-3 GENDO saldrán a la venta tanto ‘online’ como en tiendas.
Sobre Yohji Yamamoto
Diseñador nacido en Tokio en 1943. Aunque se graduó en Derecho, se interesa por la moda y, en 1976, lanza su primera colección. En 1981, debuta en París y crea una marca con su nombre. Desde 1996, también se dedica a las fragancias.
Ha realizado importantes contribuciones a la moda que le convirtió en el primer japonés en formar parte de la Legión de Honor francesa.

A sus 81 años, sigue en activo e infatigable en su búsqueda de nuevas formas, en una firma que ha reportado pérdidas en los últimos años pero está bien valorada. Este legado se ve redondeado por las colaboraciones con Adidas -su mayor éxito comercial- y sus trabajos de vestuario para la representación de la ópera Madame Butterfly en 1990 y las películas de Takeshi Kitano.